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Atiéndanle el teléfono a Obama!-EEUU puede quebrar.

Las primeras clases de finanzas que un estudiante de la carrera de Economía toma en la Universidad o incluso el Posgrado comienzan así:

“Existe un activo considerado libre de riesgo (risk free): los bonos del tesoro de los EEUU. Que sean libre de riesgo quiere decir que no tienen peligro de no pago, es decir, que no pueden caer en default. Luego, todos los demás activos son riesgosos, por lo cuál cotizan con un diferencial (spread) por sobre los bonos americanos”.

Estos conocimientos teóricos sufren ahora serios cuestionamientos, y dentro de muy poco se sabrá si es necesario reescribir todos los libros de texto de Macroeconomía o las cosas siguen igual.

La razón por la cuál los mercados financieros globales no se derrumbaron en las últimas semanas ante un potencial escenario de default de la deuda americana está más que claro: separan lo que es un hecho político de uno económico, aunque el riesgo está justamente en que la línea divisoria entre ambos siga diminuyendo hasta desaparecer.

EEUU poseé un techo para endeudarse de 14.3 billones de dólares que ya fue alcanzado en el mes de mayo. La fecha límite para elevar ese tope y poder seguir gastando sin declarar el default está muy cercano: dentro de 6 días, el 2 de Agosto.

Pero lo que debería ser un trámite se sigue complicando con el paso del tiempo.

Por un lado, el presidente Barak Obama busca elevar ese tope en 2.4 billones de dólares, con el fin de que el estado americano cumpla sin problemas con sus obligaciones en el lapso que le queda de mandato. Detrás suyo se encolumna la gente de su partido, los Demócratas.

El tema es que para que ese tope sea aprobado, se necesitan 217 votos en una cámara en donde los Demócratas suman 193 representantes. El resto son Republicanos (el partido político del ex presidente George Bush), que estarían dispuestos a aprobar el requerimiento de Obama en tramos, es decir, una parte ahora y otra el año entrante, solo si el gobierno cumple con un plan de ahorro fiscal impuesto por el mismo partido.

El actual presidente de los EEUU se niega terminantemente a aceptar esta opción, ya que lo obligaría a volver a negociar en plena campaña electoral para las elecciones presidenciales de 2012, fecha en la cuál iría por su reelección.

Según notas periodísticas aparecidas en distintos medios como el Financial Times, los representantes del partido Republicano no contestan los llamados Obama y especulan con que el paso del tiempo y la proximidad a la fecha límite harán que el mandatario deba aceptar sus imposiciones.

Ahora bien, si al presidente de los EEUU no le contestan los llamados (!)…entonces algo me dice que la situación es más seria de lo que se piensa; y más aún si tenemos en cuenta que la voz del Tea Party, rama ultraconservadora republicana, parecería ser la más escuchada en las internas de ese partido.

Que podría pasar si las posiciones se mantienen y no se llega a un acuerdo antes del 2 de Agosto?

Claramente, los efectos pueden ser devastadores para la economía global.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que estamos hablando de una situación en donde el limitante no son los recursos financieros sino el acceso a estos recursos.

En el peor de los escenarios estaríamos ante una situación muy extraña, ya que, según lo que opinan los analistas, los intereses de los bonos del tesoro se seguirían pagando sin problemas, pero no así los sueldos del estado.

De todas maneras, lo más peligroso es que un defaul americano obligaría a las calificadoras de riesgo a bajar la calificación de la deuda americana, lo cuál sería lo mismo que bajar la calificación a todos los activos globales (europeos, asiáticos, emergentes, etc…) que cotizan con un diferencial por encima de los treasury bonds. Esto podría disparar una caída de precios importantes en todos los bonos (por aumento del riesgo) y en las acciones (mismo motivo), que complicaría aún más el complejo escenario producido por la crisis Europea.

Planteada la situación y con el reloj de arena corriendo, se estima que los americanos no querrán “cerrar la puerta y tirar la llave por la ventana”, lo cuál derivaría en un claro “suicidio financiero”. Aunque, sabemos, cuando hay fanáticos como los del Tea Party en el medio, todo es posible, aún lo impensando.

El mayor desafío ahora es, sin dudas, la decisión que tome Obama, ya que el destino acaba de ponerlo entre la espada y la pared: el liderazgo para el cuál fue elegido hace 3 años, ahora necesita ser llevado a la práctica.

Los ojos del mundo miran expectantes.


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