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Hablemos de dinero: estoy harta de mi trabajo de oficina y me da miedo cambiar, que puedo hacer?

“Hola Nicolás, te escribo porque estoy en una situación que me genera mucho stress y es que estoy realmente cansada de mi trabajo actual. Mi función es de mando medio en una empresa de logística de capital federal, y la verdad es que me aburro todo el día y el único momento de felicidad es cuando se acercan las 18hs y me puedo ir a casa.

Tengo algunas ideas que podrían ser buenas como para un microemprendimiento, pero la vedad es que tengo tanto miedo a fracasar y quedarme luego sin ingresos que me siento como paralizada, viendo con angustia cómo el tiempo pasa y sigo en el mismo lugar. Para vos debería arriesgarme? Si me voy debo renunciar a la indemnización, y hace más de 10 años que estoy…

Yo leo mucho tus notas y veo que haces hincapié en la función de la mente y los pensamientos y estoy de acuerdo con esa línea: como podría pensar de manera distinta para arriesgarme y poder trabajar para mí y en algo que me guste?

Gracias y  perdón por el desorden al plantear  todas estas dudas!”

 

Julieta de Haedo.

Hola Julieta, primero y principal no te sientas sola en este “drama”: mi experiencia me dice que en la actualidad la gran mayoría de la gente está insatisfecha con su trabajo, pero no se anima a cambiar por miedo a quedarse sin ingresos.

El primer desafío que tenés que enfrentar es el de abandonar la mentalidad de empleado. Quiénes son las personas con “mentalidad de empleado”?

Son aquellas cuya principal preocupación es qué día cobran el sueldo y si les estarán liquidando correctamente los beneficios, que siempre están esperando que el jefe les diga lo que tienen que hacer, caso contrario se dedican a no hacer nada.

También son aquellos que nunca comparten la información con los empleados nuevos (porque tienen delirios paranoicos en los cuales todos quieren “serrucharle” el piso) y cuando llegan a un nivel de mando medio se atornillan al suelo y buscan hacer lo imposible para “conservar” su puesto. En la mentalidad de empleado abunda el resentimiento.

Los ejemplos anteriores trabajan con hipótesis de máxima dado que todos los que estamos inmersos en el mercado laboral tenemos, en mayor o menor medida, mentalidad de empleado.

La mente de empleado funciona de manera tal que siempre cree que la empresa está en deuda con él por la cantidad de años que hace que está, las veces que fue a trabajar enfermo, las actividades que le generan placer a las cuales tuvo que renunciar por el trabajo, etc.

La realidad es que las empresas rara vez tienen en cuenta estos hechos, y las decisiones con respecto a quién despedir o a quién aumentarle el sueldo suelen tener más que ver con temas de política interna que con méritos genuinos.

Creer que la empresa te debe algo es la manera más segura de sufrir la desilusión de tu vida cuando llegue un momento de inflexión en el trabajo, y de seguir esclavizado a algo que no te gusta pensando en los aportes jubilatorios (todavía hay gente que piensa que podrá vivir de su jubilación estatal el día de mañana?) o en la indemnización que te tendrían que pagar si te despidieran . Todas estas hipótesis hacen que la gente opte por un trabajo que no cumple ni de cerca sus expectativas.

Por otro lado, si vas a trabajar por tu cuenta tenés que estimular tu creatividad. Mucha gente se asusta cuando se habla de esto porque piensan que creativo sólo puede ser  un Steve Jobs y se sienten (como todos nosotros y con justa razón) lejos de ese nivel de genialidad; pero creatividad se puede referir también a una idea sencilla, sobre un producto simple, que te genere ventas como para alcanzar los mismos ingresos que obtenés ahora.

Para ello debés tener en cuenta que existe una relación directa e inversa entre el nivel de comodidad de una persona y su capacidad creativa.

La creación se da en la incomodidad, en la imposibilidad, en la carencia.

Apuntar a un ingreso variable en lugar de un sueldo mensual, aguinaldo y vacaciones, no parece algo muy cómodo que digamos, y esa simple situación te pone en un estado de necesidad que hará que encuentres ideas y creatividad donde antes no había más que aburrimiento y pasatiempos.

Trabajar de algo que no te gusta equivale a pasar la mayor parte de tu vida haciendo cosas que solo hacés por dinero y, en la mayoría de los casos, dedicando tu tiempo a proyectos ajenos. De ahí que es normal que esto produzca stress, irritabilidad, sensación de falta de tiempo y una infelicidad constante dada por la dependencia hacía una sola persona o empresa, que pasa erróneamente a ser la responsable de todo lo que te sucede.

Nadie dice que el cambio de paradigma sea fácil. Frente a esto seguramente aparecerán dudas, temores, resistencias y cuestionamientos.

Sin embargo, Julieta, mi experiencia me dice que cuando una persona se da cuenta que lo más valioso que tiene es su tiempo, y que es necesario un cambio, como te está pasando a vos, esto suele imponerse con tal fuerza que es sólo una cuestión de semanas, o meses, el lograr tu independencia laboral y poder finalmente hacer lo que le gusta y vivir de ello.

Investigá, preguntá, comenzá de a poco haciendo pequeñas pruebas, visualizá tu nuevo trabajo y todo lo demás se irá dando solo, siempre con la seguridad de que el tuyo es el camino correcto hacia una mejor calidad de vida y disfrute.

Esta nota fue escrita por Nicolás Litvinoff y publicada por el diario La Nación el 1 de Mayo de 2012.


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