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Como fué la presentación de Es tu Tiempo!.

“No sé muy bien que hago acá…pasé a la salida del trabajo para mirar algunos libros y hacer un poco de tiempo y te escuché hablando y me interesó lo que dijiste acerca de trabajar en proyectos propios en vez de hacerlo en proyectos de terceros, y me dije: esto es lo que necesito, nada es coincidencia. Así que compré tus dos libros y ahora hice la cola para que me los firmes, voy a investigar más acerca de tus ideas en Internet. Todo sucede por algo!”.

Estas fueron las palabras de una persona que se acercó para que le firme sus ejemplares de Es tu Dinero! y Es tu Tiempo! junto con otras tantas personas de los más de 100 concurrentes que llenaron el local cúspide del Recoleta Mall el pasado viernes 30 de Junio.
Minutos antes, habíamos terminado nuestra exposición en la mesa de debate junto con Ariel Granica (director de Ediciones Granica, la editorial que publicó ambos libros) y Norman Briski (hace falta que diga quién es?).

Ariel habló más que nada de la experiencia que habíamos tenido juntos al publicar Es tu Dinero! y remarcó las más de 10.000 unidades que ya lleva vendidos, número importante para un libro del genero Finanzas. También dedicó algunas palabras a lo que le había parecido “Es tu Tiempo!, consejos para ganar más trabajando menos” y a las fuertes expectativas que tiene la editorial con respecto al recibimiento del público para este libro, que salió publicado hace poco menos de un mes.

Luego fue el tiempo de Norman, quién habló sobre lo que entiende él por Economía, desde un punto de vista solidario, y de cómo Es tu Tiempo! estaba dirigido a ayudar a las personas y por ende tenía ese perfil de ayuda al prójimo tan difícil de encontrar en las finanzas de hoy en día.

Finalmente fue mi turno y aproveché el momento para agradecer a la concurrencia, una mezcla hermosa de gente de teatro, inversores, alumnos, ex alumnos, amigos y familiares. Luego, mi speach giró en torno a los conceptos del nuevo libro:

La sociedad en su conjunto se encuentra instrumentada de manera tal que le propone a sus ciudadanos la posibilidad de evitar lo que parecería ser una de las causas de mayor infelicidad y stress: la incertidumbre.

La incertidumbre produce ansiedad fácilmente, y la ansiedad (cuando no puede manejarse) es uno de los peores enemigos para el sistema nervioso y la salud del ser humano.

Sabiendo esto, billones de personas alrededor del mundo se dirigen todos los días en una suerte de procesión religiosa hacia el trabajo, lugar donde pasarán el 80% de su vida.

Trabajar pareciera ser la solución perfecta. Obra social, jubilación, aguinaldo, vacaciones, indemnización en caso de despido, son algunos de los incentivos con los cuales las empresas convencen a sus empleados para que renuncien a lo que verdaderamente querrían hacer con su tiempo, en pos de ganar certidumbre: el sueldo estará depositado del 1 al 5 de cada mes y podemos saber exactamente cuánto será.

No obstante, esta “certidumbre social” falla en el objetivo de reducir la ansiedad de los que la adoptan. Por qué ocurre esto? Porque íntimamente, el empleado es consciente de que hay algo que no cierra en su relación con la empresa en términos de conveniencia mutua (el tan de moda win-win): la paga que se recibe por renunciar a los sueños, ver poco y nada a los afectos y pasar todo el día encerrado en una oficina mientras la vida pasa de largo, nunca será suficiente.
La ansiedad aflora también en aquellos cuya certidumbre social se encuentra consumada: “merezco vivir mejor por lo que doy a cambio, ahora que puedo planificar a largo plazo voy a sacar un crédito para comprar la casa y el auto que siempre quise y disfrutar más de la vida”.

El resultado de esta movida es la pérdida total de nuestro bien más preciado: el tiempo, que deja de ser de la persona y pasa a pertenecer al banco, donde irá gran parte del sueldo en concepto de pago del préstamo e intereses de la deuda.
La empresa se asegura que el empleado no renunciará, y podrá seguir explotándolo por mucho tiempo más, y el banco hace su negocio al tomar dinero a tasas bajas y prestarlo a tasas elevadas. Banco y empresa empleadora son los verdaderos win-win en este juego.

Reducir la incertidumbre a través de la certidumbre social termina siendo la peor opción de todas, ya que la única certeza que logramos con esto es saber que trabajaremos 9 horas por día de lunes a viernes para pagarle al banco por las cosas que compramos y ni siquiera tenemos tiempo de disfrutar.

Luego vino el tiempo de las preguntas, que fueron más que interesantes y hasta polémicas, y finalmente el momento de la firma de ejemplares, donde se dio el diálogo que abre esta nota y en donde tuve el inmenso placer de conocer personalmente a muchos seguidores de mi columna en el diario La Nación, quienes me comentaron como mis ideas los habían ayudado a transformar aspectos importantes de su vida laboral y finanzas personales.
No me queda más que agradecer nuevamente a todos los que acudieron y también a todos los seguidores de estudinero! del interior del país (y de otros países como España, Chile, México y Estados Unidos) que no pudieron ir por la distancia pero que enviaron buenos deseos a través de emails y llamados.

Ganar más es posible, y trabajar menos al mismo tiempo, también. Es cuestión de encontrar nuestra potencia y confiar en nosotros mismos, y en mi libro encontrarás consejos prácticos y de sencilla aplicación para ello.
Hasta pronto!

Nicolás Litvinoff.
Director de estudinero!


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