Casi al unísono con las elecciones legislativas del 27 de Octubre del corriente año, el cepo cambiario estará cumpliendo 2 años de vida.
En ese lapso, ha existido una clara reorientación en el mapa que señala el destino del excedente de pesos que inyecta el gobierno a través del Banco Central: mientras que el sector inmobiliario se ha paralizado en lo referente a venta de unidades nuevas y usadas, el sector automotor se ha acercado a sus máximos record históricos, mientras que los hipermercados y shoppings no han tenido cambios significativos.
Pero si de ganadores y perdedores se trata, por fuera del sistema formal los cambistas se están llevando rentabilidades astronómicas que nunca antes habían soñado: es el gran negocio de las cuevas, que aprovechan cada nueva prohibición del gobierno para hacer crecer sus márgenes aplicando una “creatividad” que no tiene límites.
Analizaremos a continuación los distintos tipos de cambio a los cuales el público puede acceder en operaciones perfectamente legales y no tanto.
Dólar blue, blue-blue, dólar bolsa: nuevos valores de referencia para la compra-venta de divisas
Primera aclaración importante: comprar dólares en cuevas y casas de cambio es una operación ilegal. No obstante, la relación que el gobierno establece con los cambistas, no solo al no sancionarlos (sabiendo perfectamente quienes son) sino al establecer con los mismos una relación de ida y vuelta (pidiéndole por ejemplo que no operen en determinados días de la semana o en semanas claves pre-electorales como la que pasó) hace que su inclusión en esta columna suene de lo más criterioso.
Analicemos a continuación este curioso trinomio y sus particularidades.
Dólar blue:
Independientemente de que selo quiera reconocer o no, el dólar blue es hoy por hoy uno de los principales protagonista de la escena política, económica, social y hasta virtual (últimamente se han multiplicado las aplicaciones para smartphones y distintas redes sociales que informan su cotización).
Ahora bien, ¿qué es el dólar blue? A priori, es aquel billete al que se accede mediante “cuevas” o casas de cambio, es decir, de manera extraoficial. De a poco se ha transformado en el dólar “varita”, es decir, el punto de referencia por el cual se miden la mayoría de las operaciones en el mercado financiero, incluyendo el “sube y baja” de las acciones y bonos de empresas líderes y del propio gobierno nacional en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
La novedad de las últimas semanas en cuanto al dólar blue pasa por responder el siguiente interrogante: ¿Qué tienen en común el dólar oficial y el propio dólar blue? Respuesta: que ninguno de los dos se consigue a la cotización que se informa.
Para entender esto, pasamos al siguiente componente de este grupo: el dólar “blue-blue”.
Dólar blue-blue:
El dólar blue-blue (que algunos llaman “dólar cueva”) es un nuevo engendro que nace gracias a la presión que ejerce el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, sobre las casas de cambio más conocidas de la city porteña.
Parece ser que las “cuevas” informan a los medios un precio para las operaciones de “billete” en el mercado informal (dólar blue), que es más bajo que el precio al cuál se terminan pautando las mismas (dólar blue blue). Entonces, por ejemplo, una persona que tiene que comprar dólares para viajar porque la AFIP no le vende y ve en el diario una cotización para el dólar paralelo, debe sumar aproximadamente 20 centavos a esa cotización si quiere saber cuál será el precio real que terminará pagando.
Pero esa diferencia de 20 centavos podría ampliarse en las próximas semanas, ya que la exigencia de las autoridades no es que el blue se venda 20 centavos por debajo del blue-blue, sino que se busca que el primero no se coloque por encima de determinado techo, que podrían ser los 9 pesos. De esta manera, el “spread” podría seguir creciendo si la cotización del dólar blue-blue sigue aumentando.
Lo más disparatado de todo es la explicación que se le da al asunto, ya que se dice que el dólar blue es el que se le informa a Guillermo Moreno y el dólar “blue-blue” es el valor al cuál se terminan haciendo las operaciones, como si el mismo Moreno no tuviese los recursos necesarios para conocer el valor final.
Dólar bolsa:
Es la manera utilizada por los inversores para comprar dólares de manera legal en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, a un tipo de cambio parecido al del dólar blue.
Para ello, el interesado tiene que abrir una cuenta en una sociedad de bolsa (aunque algunos bancos están habilitando esta operación a sus clientes a través de la homebanking), depositar fondos en pesos y dar la orden de comprar bonos del gobierno que paguen renta y amortización en dólar billete.
El Boden VII (título público que cotiza en divisa americana y vence el próximo 12 de septiembre) es uno de los más buscados y por ende de los que más volumen concentra (puede llegar a operar más de 40 millones de pesos por día).
Pero ni el “dólar bolsa” se salva del control de Moreno: desde el pasado viernes 12 de Julio, las autoridades han puesto la lupa sobre este tipo de transacción (que, repetimos, no tienen nada de ilegal, ya que las operaciones son totalmente “blancas”, se registran en el mercado e interviene la Caja de Valores, que oficia como entidad depositaria de los valores), lo cuál no ha hecho más que “desdoblar”, al igual que el caso visto del dólar blue, la cotización: las operaciones que se le informan a Moreno se hacen a un valor aproximado de 7,60 pesos y “por afuera” se liquida la diferencia para llegar al valor real.
Conclusión.
La tozudez del gobierno en cuanto a presionar bajo distintos medios a los agentes intervinientes en la compra venta de dólares solo produjo, hasta el momento, tres resultados no deseados.
1) Aumento de la cotización: el valor del dólar parece mantenerse estable hasta que una nueva prohibición del gobierno entra en rigor. En esos momentos, suele tener saltos importantes que no son seguidos de posteriores retrocesos cuando todo vuelve a tranquilizarse.
2) Aumento de ganancias en las “cuevas”: Las cuevas (casas de cambio no reguladas) y arbolitos aprovechan cada nueva regulación para confundir a los demandantes de dólares y agrandar el diferencial entre la punta compradora y vendedora, que al final de cuentas no es ni más ni menos que el origen de su ganancia. Aquellos que quieren cubrirse de la devaluación del peso o comprar dólares para poder viajar al exterior (entre otros motivos) son los que terminan pagando “la fiesta”.
3) Dualidad de valores: Es lo que está sucediendo actualmente y hemos analizado en esta columna, gracias a la diferencia entre el valor que se informa a los medios (dólar blue) y a las autoridades bursátiles (dólar bolsa) y el precio al cuál realmente se concretó la operación.
Por ahora, esta “ensalada verde” no parece que vaya a normalizarse en el corto plazo, por lo menos antes de las elecciones de Octubre.
Hasta entonces, habrá que convivir con estos diferenciales, y averiguar muy bien las cotizaciones y sus implicancias antes de realizar cada operación.
Noviembre traerá más controles y subas, un desdoblamiento cambiario legalizado o alguna otra medida que aún no podemos imaginarnos, dependiendo de los resultados en las legislativas.
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