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¿Se puede cuidar el bolsillo en vacaciones?

Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación.

Las vacaciones son, sin dudas, uno de los momentos más esperados del año. Para evitar que el veraneo se transforme en una pesadilla financiera, es bueno tener en cuenta algunos tips.

La planificación debe comenzar un tiempo antes de salir con las valijas de la puerta de casa.

EL MODELO “HÁGALO USTED MISMO”

 

La opción más habitual (pero también más costosa) es la de comprar directamente un “paquete armado”. Existe otra posibilidad mucho más económica: el “hágalo usted mismo”, que tiene además la ventaja de poder manejar los tiempos y vincularse más con la gente del lugar.

Internet es un canal ágil y gratuito para averiguar cualquier precio, desde la habitación de un hotel 3 estrellas en la costa atlántica hasta el alquiler de un auto en Miami.

Para aquellos que viajen al exterior, existen varias páginas web que posibilitan un ahorro de hasta un 50% en el costo de pasajes y hoteles gracias a nuevas y creativas estrategias de ventas y reservas:

Este site busca revolucionar los precios de las reservas en los hoteles a través de un mecanismo innovador: el viajero debe cargar la reserva de hotel que tenga actualmente (reservar no tiene costo en la mayoría de los hoteles) y el sistema le proporciona ofertas de hoteles de categoría similar a menores precios o con mejores servicios.

Los demás hoteles, al ver esa reserva, buscan mejorarla para que el turista la cancele y termine contratando sus servicios, en una competencia que termina beneficiando al potencial cliente.

Apunta a la comparación de los mejores precios de los sites de descuentos más conocidos a nivel mundial, tanto para pasajes aéreos como para hoteles. Puede utilizarse como una valiosa fuente de consulta o punto de referencia.

Entre otros aspectos interesantes, permite utilizar el calendario de Google (donde anotan sus eventos y tareas muchos de los que usan el gmail y el sistema operativo Android) en la búsqueda de los mejores precios en los vuelos de manera de encontrar el mejor pasaje posible en función de las obligaciones tomadas para ese período.

Se pueden conseguir hoteles hasta 50% más baratos. El turista debe elegir el país, la zona en la cual se quiere alojar y un rango de estrellas en función de las calificaciones de otros usuarios. Luego, hace el pago por adelantado (cuando en general el pago del hotel se hace al realizar el check out) y transcurridos un par de minutos se le confirma el hotel asignado.

El site trabaja con un sistema de algoritmos que toma la oferta en firme del cliente y la ofrece en las bases de datos de los distintos hoteles dentro del rango consignado, hasta que alguno decide tomarlo.

Aunque puede parecer arriesgado pagar sin elegir el hotel en particular, los comentarios de los usuarios que utilizaron este servicio son altamente positivos, dado que se termina accediendo a hoteles de mejor categoría a un precio sensiblemente inferior al que debería pagarse “por mostrador”.

El eslogan de este servicio ya tiene varios años en el mercado: “Tienes un montón de amigos alrededor del mundo, el tema es que aún no los has conocido”.

Para los más “gasoleros” que viajen solos o en pareja, esta opción permite alojarse gratis en los sofás (de ahí el termino en inglés Couch) de habitantes del país elegido.

La idea es que luego se ceda el mismo espacio recibido a turistas extranjeros que visiten el país, en una especie de intercambio comunitario.

Hay reseñas de cientos de miles de usuarios que permiten averiguar cómo fueron tratadas otras personas por parte del dueño de la casa en cuestión, con lo cual, haciendo bien los deberes se vuelve una alternativa sumamente interesante.

SEPARÁ EL DINERO DISPONIBLE PARA LAS VACACIONES.

 

Este paso, que parece el más simple de llevar a cabo, muchas veces no lo es por varios motivos. En primer lugar, es muy fácil caer en la tentación de asignar un presupuesto mayor al que estamos en condiciones de afrontar según lo ahorrado durante el año y las expectativas de ingresos para el año entrante.

La estrategia ideal es no gastar más del 10% del total de las ganancias anuales o el aguinaldo completo para aquellos trabajadores en relación de dependencia, pero la realidad marca que muy pocos son los que están en condiciones de cumplir con esta regla con el nivel de precios actual.

Es necesario ser lo más realistas posible en lo referente al nivel de gastos que se pueden realizar en función de la situación económica personal, y luego buscar con el mayor grado de detalle los valores de los bienes y servicios a consumir en el lugar de destino.

Una vez que se cuente con los valores aproximados, un esquema que resulta de suma utilidad es el de subdividir los gastos totales en gastos primarios y gastos secundarios.

Los gastos primarios son aquellos derivados del pasaje, estadía, traslado y excursiones si hubiera, mientras que los gastos secundarios corresponden a los viáticos, comidas, salidas y regalos.

Luego, para optimizar estos últimos, es recomendable calcular cuánto dinero se tiene disponible para el viaje y luego dividirlo según la cantidad de días de descanso. De este modo, se puede administrar el día a día de una manera eficiente.

Una vez en el destino, el principal ahorro se debería dar por el lado de la comida: la diferencia entre comprar en el supermercado y cocinar en casa versus comer afuera puede llegar a un 200%. Más aún: las familias numerosas destinan casi un 70% de su presupuesto total a este ítem.

OJO CON EL CELULAR.

 

Otro gasto importante y no deseado puede venir por el lado del costo de la comunicación para llamadas y navegación por Internet en celulares. Es fundamental asesorarse con la compañía respecto al costo de la utilización del servicio en lugares alejados al de contratación.

Los celulares más modernos (smartphones) poseen muchas veces un sistema automático de acceso a la red 3G que produce gastos, por más que el usuario crea que no lo está usando, y que conviene desactivar antes del viaje.

LLEVATE UNA SOLA TARJETA DE CRÉDITO.

 

Financiar el viaje en cómodas cuotas puede ser conveniente o no. En la mayoría de los casos no es aconsejable.

Las tarjetas de crédito ofrecen financiación con tasas nominales menores a la inflación, pero tasas reales (que se desprenden del costo financiero total) que pueden superar el 50% en pesos.

Por tal motivo, la recomendación (y más ahora con la suba del impuesto del 20 al 35% para gastos en dólares consumado) es viajar “con lo propio”, es decir, gastar solamente lo que se posee.

Muchas veces, la sensación de “vivir el momento” lleva a gastar más de la cuenta al tener los plásticos a mano. Por ello, es ideal dejarlos en casa o, en el caso de grupos familiares, viajar con una sola tarjeta para todos los integrantes con el objetivo de administrar y controlar mejor los gastos.

El mal uso de la tarjeta, sobre todo en vacaciones, se da cuando se tiene más de una en la billetera y cuando se llevan al límite de crédito. El gasto total puede exceder los ingresos mensuales en dos o más veces.

EL DÓLAR TARJETA.

 

Para aquellos que viajen al exterior y puedan descontar de ganancias el 35% de la retención por las compras en moneda extranjera (mayoritariamente empleados en relación de dependencia cuyas empresas realizan el trámite de reintegro), el uso de tarjetas sigue siendo, de todas maneras, un buen negocio, siempre teniendo en cuenta que el tiempo que se tarda en recuperar ese importe es considerable y que la inflación puede “comerse” una parte del mismo.

Para aquellos que no recuperen el 35% (monotributistas que no quieren invertir el tiempo necesario que llevan los trámites), el estímulo ha bajado considerablemente, al reducirse la brecha entre el dólar tarjeta y el dólar paralelo o blue a sólo el 11%.

La suma de estos recaudos deriva en un ahorro importante y en un mejor comienzo financiero para 2014.


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