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5 acciones semanales para incrementar tu inteligencia financiera.

Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación.
¿Qué diferencia a las personas con problemas financieros (deudas, bajos ingresos en función de sus estudios, problemas para ahorrar) de aquellas que poseen la inteligencia financiera suficiente como para tener y ganar cada día más?
¿Está relacionado con la educación recibida? ¿Sus contactos? ¿El ámbito en el que se mueven? ¿Su profesión? ¿La ambición? ¿Su apetito por el riesgo?
Si bien estos factores pueden tener que ver en la formación de la inteligencia financiera, diversos artículos aparecidos recientemente argumentan que la diferencia fundamental entre quienes logran sus metas y los que viven en la queja y la excusa permanente no tiene que ver con características innatas de los individuos, sino que está dada por la forma en que piensan acerca de las habilidades y el aprendizaje en general.
Por un lado, están los que creen que uno tiene que arreglárselas con lo aprendido en su momento y no hay mucho más que eso. Que por más que lo intenten de mil maneras distintas, hay poco y nada que se pueda hacer para cambiar las características fundamentales de su personalidad. Esta cosmovisión en lo referente a las habilidades personales los lleva a eludir los desafíos, ver el esfuerzo como algo sin sentido, ignorar el feedback de los demás y sentir envidia frente al éxito de conocidos y amigos. A esto se le llama mentalidad fija.
Pero, por otro lado, están los que piensan que, con esfuerzo y perseverancia, cualquiera puede ampliar su intelecto y habilidades, modificando positivamente los resultados. Bajo esta mirada, gran parte del éxito tiene que ver con proponérselo y buscar aprender algo nuevo cada día, teniendo siempre una mentalidad curiosa y hambrienta en lo que se refiere a nuevos conocimientos y enfoques distintos a lo establecido. Suelen aceptar los desafíos, son persistentes cuando quieren algo, ven el esfuerzo como parte del proceso necesario para el logro de objetivos, aprenden de las críticas y encuentran lecciones e inspiración en el éxito de otros. Esto es lo que se conoce como mentalidad de crecimiento.
Carol Dweck, psicólogo y profesor de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, ha estudiado el tema y ha llegado a la siguiente conclusión: “Todo tiene que ver con la manera de pensar. Las personas exitosas y de mentalidad en crecimiento tienden a centrarse en el aprendizaje, la solución de problemas y el mejoramiento constante de sí mismos a través de la educación que puedan adquirir, mientras que las personas con mentalidad fija piensa en sus habilidades como activos fijos e inamovibles y solo accionan para evitar problemas“.
Siguiendo esta línea de pensamiento, veremos ahora 5 pequeñas acciones semanales para incrementar la inteligencia financiera, aplicables en aquellos que quieran entrar en el mundo de las mentalidades de crecimiento.
LUNES DE INGRESOS, ACCIÓN 1:
Dedicar los lunes una hora a reflexionar sobre nuestros ingresos. Para ello, la primera distinción a tener en cuenta es que los mismos pueden ser lineales o residuales.
Los ingresos que provienen de un sueldo son lineales. Los ingresos residuales, en cambio, son los que se producen cuando se trabaja mucho de una sola vez y eso desencadena un flujo de ingresos constantes durante meses o inclusive años. Uno es recompensado una y otra vez por el mismo esfuerzo.
Se debe encauzar la energía a modos de trabajo y negocios que produzcan ingresos residuales, como por ejemplo inversiones financieras, inversiones en real estate (comprar casas y luego alquilarlas), poseer franquicias, derechos intelectuales y muchas otras fuentes más.
El objetivo aquí es convencerse de que somos capaces de incrementar nuestros ingresos lineales y al mismo tiempo comenzar a obtener ingresos residuales. Se puede comenzar con la lectura de la libros de finanzas personales relacionados, como El Cuadrante del Flujo del Dinero(Robert Kiyosaki), Múltiples fuentes de Ingreso (Robert Allen) o Piense y hágase rico (Napoleón Hill).
MARTES DE CONSUMO, ACCIÓN 2:
Asignar una hora los martes a reflexionar con respecto a nuestros gastos y consumo.
Hay una frase muy interesante de Will Rogers que dice: “Demasiadas personas gastan dinero que no han ganado, para comprar cosas que no desean, para impresionar a personas que les caen mal”.
La clave está en considerar los sentimientos cuando se presenta un impulso de gastar. Es importante preguntarse qué necesidad psicológica o carencia emocional se intenta satisfacer comprando algo nuevo. Puede ser dignidad, respeto de los demás, amor propio, aprobación, integración, seguridad, despertar envidia, poder, sensación de comunidad, estructura, propósito, prestigio, recompensa, posición, paz, felicidad, etcétera. Una vez que hayamos identificado las necesidades psicológicas que exigen atención, debemos reflexionar sobre lo que obtendremos a cambio del dinero que tenemos intención de gastar en esos artículos. Es muy probable que descubramos que la mayoría de las adquisiciones no tendrán un impacto positivo y significativo en la satisfacción de nuestras necesidades emocionales.
En ese espacio se puede también planificar los gastos de la semana buscando promociones, rebajas y demás cuestiones que pueden aportar una diferencia muy importante dada la dispersión de precios existente hoy en día.
MIÉRCOLES DE AHORRO, ACCIÓN 3:
Durante una hora los días miércoles debemos reflexionar acerca del ahorro. El argumento de que hoy en día es imposible ahorrar en la Argentina no tiene ningún sustento lógico. Sí se puede afirmar que requiere más astucia y dedicación que en otros momentos históricos.
Una primera diferenciación importante nace de separar ahorro e inversión, que muchas personas piensan erróneamente como sinónimos. El ahorro debe ser incorporado como un hábito, y la búsqueda de posibilidades de inversión atractivas es recién un segundo paso.
Una acción fructífera a realizar en este campo es establecer “modelos de compromiso” como los explicados en columnas anteriores.
Separar aunque sea un 10% de los ingresos de todos los meses y destinarlos al ahorro, de manera metódica y disciplinada, puede ayudar en la transformación hacia un nuevo presente financiero personal e individual más responsable y consciente.
JUEVES DE INVERSIÓN, ACCIÓN 4:
Dedicar una hora al tema de las inversiones los jueves es la siguiente acción transformadora. El razonamiento de una persona con mentalidad fija es: ¿Por qué voy a perder mi tiempo aprendiendo a invertir si no tengo dinero para hacerlo?
Una persona con mentalidad de crecimiento sabe que incorporar enseñanzas de inversión actuará como estímulo para generar excesos por sobre sus gastos ahora que sabe como generar ingresos residuales.
Una actividad interesante tiene que ver con la lectura de los suplementos económicos de los diarios para ir aprendiendo la dinámica y comportamiento de los indicadores bursátiles, de tasas de interés, divisas, etcétera.
Ese mismo espacio se puede utilizar para la búsqueda de cursos relacionados con las inversiones, charlas, desayunos y conferencias a los cuales se pueda asistir para escuchar y aprender.
En caso de haber realizado ya colocaciones de dinero, ese día puede ser dedicado para monitorear el desenvolvimiento de las mismas.
VIERNES DE BALANCES MONETARIOS PERSONALES, ACCIÓN 5:
El viernes, con la finalización de la semana, es un buen día para realizar balances monetarios y establecer metas financieras.
Cuando se trata de metas relacionadas con nuestra economía doméstica, es redituable separar entre generación y gastos monetarios, según lo visto anteriormente referido a la ventaja que otorga la cuantificación de los mismos.
Pero no solo interesa el dato cuantitativo, sino que es importante saber con el mayor grado de exactitud posible la fuente de origen de esos ingresos. La generación de dinero dependerá de la educación y las habilidades individuales de cada persona, pero existen infinitas maneras de “hacer” dinero.
De nada sirve aumentar los ingresos si los gastos aumentan en igual o mayor magnitud. Los mismos pueden calcularse por deducción entre lo que ingresó y lo que quedó en el bolsillo o de manera individual.
Los dos grandes ítems sobre los cuales se debe trabajar son los gastos corrientes (cotidianos y flexibles) y los gastos fijos (presupuestados e inflexibles).
Siempre hay variables sobre las cuales se puede “ajustar”, y el primer paso es saber en qué se va el dinero para luego separar entre gastos necesarios y no tanto.
Disminuir la erogación monetaria en un contexto inflacionario es realmente complicado, pero al menos se puede trabajar en que el aumento del gasto esté en línea con el aumento de precios y no supere a los mismos.
Si realizamos “una auditoría” de nuestra economía doméstica todos los viernes, entonces iremos ganando conocimiento del tema y control sobre nuestros gastos e ingresos mensuales y anuales, y el incremento en nuestra inteligencia financiera será algo concreto y alcanzable.

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