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El dólar blue y vos.

Hacia fines del año pasado, el dólar oficial y el dólar paralelo cotizaban en valores aproximados de 4.35 y 4.55 pesos, muy cerca uno del otro. Lo que sucedió después es conocido por todos: el gobierno instrumenta en forma gradual la prohibición de compra de divisa americana y el dólar informal se dispara, llegando a niveles de casi 7 pesos hacía mediados de la semana pasada, lo cuál representa una suba de casi 60% en 8 meses.

En el mismo lapso, el dólar oficial aumentó muy poco, apenas 5%, y la brecha de cotización entre uno y otro se fue agrandando hasta llegar al 50%.

A partir de las modificaciones introducidas desde el oficialismo, la única posibilidad de comprar dólares para ahorro quedó relegada al mercado informal, en operaciones que se encuentran fuera de la ley pero que, todos sabemos, se siguen realizando en plena city porteña a la vista de todos.

Ahora bien, para entender como afecta la brutal suba del dólar “blue” a nuestros ahorros, propongo que primero analicemos los argumentos del gobierno y luego los de la oposición de manera de conocer las dos caras de la moneda y luego arribar a nuestras propias conclusiones.

Argumentos oficialistas: La suba del dólar blue no tendrá impacto en la economía real.

Distintos funcionarios del gobierno han afirmado en los últimos días ante preguntas de los periodistas que el volumen (cantidad de operaciones) de cambio entre pesos y dólar paralelo es realmente insignificante si se lo compara con la base monetaria, por lo cuál su suba no tendrá impacto alguno en la economía real.

Dado que comprar dólares para ahorrar ahora pasó a ser una operación ilegal y no regulada, no ven razones para realizar políticas que apunten a bajar la cotización en ese mercado: no se trata de si es caro o barato, simplemente no debe operarse.

La intención aquí es pesificar la economía y que la gente deje de pensar en dólares, y para ello presentan argumentos que pueden ser discutidos o no, pero que tienen su lógica, como ser el sinsentido del precio dolarizado de las propiedades enla Argentina.

Las devaluaciones, argumentan, no hacen más que agrandar la brecha de ingresos entre la clase alta y los que se encuentran en la base de la pirámide, ya que indefectiblemente se trasladaría a precios de manera muy veloz, y aquellos que dependen de un salario fijo que se ajusta en menor proporción pasarían a ganar menos en términos reales, mientras que aquellos que hayan dolarizado sus ahorros y/o ingresos podrían mantener el poder adquisitivo de los mismos o hasta mejorarlos.

Frente a esto, no queda otra que “cerrar la canilla” de dólares y pesificar compulsivamente la economía, le guste a quien le guste.

Argumentos opositores: El atraso cambiario es indiscutible y hay que devaluar cuanto antes.

Para los críticos de las políticas oficialistas, el gobierno falla en argumentar que la devaluación es solo un tema de agenda de los grandes grupos económicos: datos de la economía real dados a conocer hace muy poco revelan que el atraso cambiario es indiscutible por donde se lo mire (este año y por primera vez desde el 2001, han salido del país más argentinos que extranjeros ingresado en el mismo, y el gasto de los primeros en el exterior fue superior al de los segundos).

En esta línea, la prohibición de comprar dólares al público fue un error garrafal al no respetar los derechos individuales de elegir la moneda en la cuál cada persona quiere preservar sus ahorros.

Desde el año 2002 en adelante, absolutamente todo ha subido de precio y el dólar ha quedado muy retrasado, y el intento del gobierno de no devaluar es similar al realizado por el ex presidente Fernando Dela Ruaen el tramo final de su fallido mandato. E igual será su desenlace.

El dólar blue y vos.

La suba del dólar paralelo ya está creando distorsiones que muchas veces son difíciles de atrapar.

Por ejemplo: un inquilino que paga el alquiler de su vivienda en dólares ha sufrido un 60% de aumento en unos pocos meses y, al mismo tiempo, no puede acceder al dólar oficial, con lo cuál no le queda otra que convalidar esa suba.

Del otro lado del mostrador, aquellos dueños que alquilan departamentos temporarios a turistas han incrementado sus ingresos en la misma proporción, ya que el dólar billete que reciben de sus clientes extranjeros cotiza al precio blue.

Otro caso: al comprar electrónica en el extranjero con tarjeta de crédito el pago se computa al tipo de cambio oficial, reduciendo su valor real en términos relativos. Lo mismo sucede con los coches 0km de alta gama que cotizan en dólares, ya que las agencias automotrices deben tomar el pago en pesos también a tipo de cambio oficial.

Resumiendo, se podría pensar que todo lo que cotice en dólares dentro de mercado regulado o blanco puede comprarse a precios “baratos” dadas las circunstancias, mientras que las compra-ventas en divisa americana que se hacen en la economía informal se han virtualmente paralizadas como consecuencia del aumento en la cotización del dólar paralelo utilizado para tal fin.

Pero hay más: la distorsión producida por esta situación salpica también a los inversores individuales, que se encuentran totalmente desorientados con respecto a que punto de referencia utilizar para determinar la rentabilidad de sus inversiones: desde un plazo fijo hasta el alquiler de un departamento en moneda local (con rentabilidades que apenas alcanzan el 10%), todo parece una pérdida de dinero frente a la opción de comprar dólares informales y atesorarlos por un par de meses.

Es de esperar que el gobierno vuelva sobre sus pasos e intente por todos los medios bajar el precio del dólar paralelo, sea mediante el envío de los sabuesos dela AFIPa cuevas y casas de cambio clandestinas o volviendo a vender divisa americana a precios oficiales o un poco más altos (devaluación suave).

Si ello ocurre, es probable que el efecto sobre nuestros bolsillos sea despreciable y todo vuelva a la normalidad. Caso contrario, debemos prepararnos para subas violentas de precios y estancamiento económico (algo que en economía se conoce como estanflación), por una razón lógica: quién va a invertir en un negocio productivo cuando puede obtener la misma rentabilidad (o aún más) comprando dólar blue y guardándolo en una caja de seguridad por un par de meses?

En el corto plazo, lo que ya podremos observar es que se seguirá agrandando la brecha entre los que menos tienen y los más acaudalados con cada centavo que el dólar blue gane, y el sueño de la clase media de acceder a un departamento propio o de vacacionar en el exterior comenzará a parecerse cada vez más a una utopia.


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