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¿Conviene ahorrar en un contexto inflacionario?

Voy a comenzar esta columna por el final, es decir, contestando directamente la pregunta del título: si, contra lo que muchos piensan, siempre conviene ahorrar, aún en un contexto inflacionario.

Ahorrar no debería ser considerado como una opción, sino como el único camino posible para lograr algún día la independencia financiera.

Veamos primero que entendemos por ahorro, su historia, y luego presentaremos los argumentos que del caso.

EL AHORRO Y LOS MONTES DE PIEDAD

El ahorro es la diferencia entre el ingreso disponible y el consumo efectuado por un individuo. Los primeros registros corresponden a civilizaciones como la egipcia, china o el imperio inca, que acostumbraban a guardar sus cosechas. Posteriormente, se organizó mejor el sistema de ahorro, tanto es así que en 1462 se formó la primera Organización del Ahorro para proteger a sus integrantes de la usura, que fue creada por monjes franciscanos y se le llamó “Monte de Piedad”. Hace referencia a una caja pública o una masa metálica de dinero.

Luego, se fueron creando en los propios Montes de Piedad las primeras cajas de ahorros, con el fin de fomentar el ahorro entre las clases más humildes. El rechazo protestante a los planteamientos piadosos de los Montes de Piedad da lugar a la fundación de las cajas de ahorros en la segunda mitad del siglo XVIII. Las primeras se fundaron en Alemania durante la segunda mitad del siglo XVIII.

TRAUMAS ARGENTINOS: DEL “AHORRO FORZOSO” AL CORRALITO

En 1988, el gobierno de Raúl Alfonsín introdujo un plan financiero compulsivo conocido con el llamativo nombre de “ahorro forzoso”. Se trató ni más ni menos que de una sobretasa para quienes pagaban ganancias, y estuvo atado al compromiso de su pronta devolución.

Trece años más tarde, el ahorro forzoso terminó efectivamente de ser devuelto, pero con tanta devaluación monetaria encubierta e inflación en el medio que se perdió, en términos reales, el 98 por ciento de lo que se había ahorrado “esforzada y forzosamente”.

Más reciente es la historia del corralito durante el gobierno de Fernando De la Rúa, en donde los ahorros mantenidos en los bancos fueron de alguna manera confiscados por el Estado y devueltos en cómodas cuotas, devaluación e inflación mediante.

En la actualidad, nadie piensa que algo así pudiese ocurrir, pero el enemigo del ahorro es la inflación de más del 20%, que produce desazón entre quienes buscan escapar del modelo de consumismo salvaje y asegurar su futuro mediante el ahorro y la inversión.

CONCLUSIONES

El argumento de que hoy en día es imposible ahorrar en la Argentina no tiene ningún sustento lógico. Sí se puede afirmar que requiere más astucia y dedicación que en otros momentos históricos, pero lamentablemente y según lo expuesto anteriormente, en nuestro país nadie pudo nunca “juntar unos pesos” y relajarse: los fantasmas (llámese gobiernos confiscatorios o inflación) siempre están al acecho.

Una primera diferenciación importante nace de separar ahorro e inversión, que muchas personas piensan erróneamente como sinónimos.

El objetivo de esta columna es replantear la importancia del ahorro. El ahorro debe ser incorporado como un hábito, y la búsqueda de posibilidades de inversión atractivas es recién un segundo paso. El motivo es simple: nunca existirá la motivación necesaria para encontrar aquella información que nos haga invertir exitosamente nuestro dinero si no tenemos el disponible esperando a ser “colocado”.

¿Dónde? Existen algunas opciones que busca la gente que ya está en movimiento “ocupándose y no preocupándose por su dinero” Por ejemplo, muchos recurren al conocido plan de ahorro que puede ser una alternativa válida, ya que la lista de precios de los autos aún siguen al dólar oficial (que viene de subir fuerte en mayo) y, si bien un auto genera gastos, siempre está la opción de venderlo cuando te lo entregan.

Una acción del mercado bursátil relacionada con el consumo, puede ser otra alternativa para incrementar el patrimonio. Se corre el riesgo de que la acción baje, pero si está atada al consumo popular es difícil que esto suceda a largo plazo.

Invertir en otra moneda, es una de las alternativas más buscada hoy. Es posible comprar en la Bolsa de Comercio dólares de manera legal, aunque a un precio más cercano al “dólar blue” que al oficial.

Y si el tema financiero te sigue generando rechazo, siempre es bueno invertir en educación, en una cochera o en reformas que valoricen más tu hogar.

Lo único que debés evitar en estos momentos, es gastar todo tu dinero en consumo, esa es la peor estrategia.

Aquellos que ven pasar los meses sin generar excedentes por sobre sus gastos (o, peor aún, se encuentran cada vez más endeudados) seducidos de alguna manera por el modelo consumista que mantiene en marcha los motores de la economía actual, saben en sus fueros más íntimos que, por más que traten de convencerse con excusas, hay algo que no están haciendo correctamente y que en algún momento deberán pagar “la fiesta”.

Angustiarse por ello no resuelve nada, mientras que separar aunque sea un 10% de los ingresos de todos los meses y destinarlos al ahorro, de manera metódica y disciplinada, puede en cambio ayudar y mucho enla transformación hacia un nuevo presente financiero personal e individual más responsable y consciente.

Esta nota fue escrita por Nicolás Litvinoff y publicada por el diario La Nación el martes 4 de Junio de 2013.


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