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Los 5 peores consejos que te pueden dar en la vida.

Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación.

“Sabés cuál es la diferencia entre esa pizza que está trayendo el mozo y el consejo de dinero que me estás dando? Que la pizza la pedí”.
Anónimo.

Un buen consejo puede cambiar nuestras vidas, pero un mal consejo puede traernos muchas complicaciones. Cuando una persona se encuentra inmersa en la incertidumbre de no saber qué hacer ante una determinada situación, es muy probable que pida consejos, pero también puede pasar que personas del entorno se den cuenta de esta desorientación momentánea y emitan consejos no requeridos, con el fin de “ayudar”.

En lo que se refiere a temas de dinero, el asunto se vuelve aún más complejo.

Hay 3 factores importantes que hacen que tengamos que ser muy escépticos cuando algún “alma generosa” nos propicia consejos de dinero, ya sean estos pedidos o no:

1. Conflicto de interés: Los ejecutivos de cuenta o asesores financieros parecieran en teoría ser los más capacitados para recomendarnos qué hacer con nuestro dinero. Sin embargo, lo que mucha gente no tiene en cuenta aquí es que existe un claro conflicto de interés entre lo que le conviene al profesional y lo que nos conviene a nosotros.
No hay que olvidarse nunca que quien le paga el sueldo al ejecutivo de cuenta es el banco para el cual trabaja, y por lo tanto sus consejos tendrán un sesgo hacia los intereses de su empleador. Por lo tanto, es muy probable que recibamos recomendaciones de compra de productos del banco donde nuestro interlocutor ganará jugosas comisiones sin que necesariamente sean lo más recomendable para nuestro patrimonio en ese momento.

2. El consejo del consejo: Existen dos cuestiones que hacen que hoy en día un mal consejo de dinero pueda volverse popular en poco tiempo: una es Internet y la otra es el miedo. Cuando ambas se juntan, el cocktail puede ser explosivo.
Así es como hace unos años se propagó la “teoría” de que el gobierno iba a escanear las cajas de seguridad de los bancos, lo cual propició que muchos ahorristas asustados recibiesen emails anónimos con el consejo de sacar su dinero de allí. Por aquel entonces, escribí una nota al respecto en donde, con fundamentos, desmentía ese rumor.
Finalmente, terminó siendo totalmente falso. En estos casos lo que se está recibiendo es “el consejo del consejo”: se repiten cosas que se escucharon o leyeron por ahí como si fuesen verdaderas sin siquiera chequear las fuentes.

3. Consejos y apariencias: Cuando la recomendación viene de una persona que vemos bajarse de un coche de alta gama con su traje importado, podemos erróneamente pensar que esa persona es exitosa en temas de dinero cuando muchas veces es todo un tema de apariencias.

Yo los llamo “aguarrás”, porque de lejos parecen solventes, pero cuando te ponés a investigar un poco te das cuenta que sus finanzas no están tan bien como parece y que muchas veces están más endeudados de lo que podríamos creer al guiarnos por su aspecto.

Hechas estas distinciones, veamos a continuación los 5 peores consejos de dinero que te pueden dar en la vida:

1. No pagues todo el saldo de la tarjeta, que la inflación te “licua” la deuda.

Este consejo puede ser dado por personas que, dada su mala organización financiera, no llegan a pagar todo lo gastado en el mes con su tarjeta de crédito y quieren sentirse “acompañadas” en su desgracia.

El gancho es usar como justificación a la inflación, que como todos saben destruye el poder adquisitivo del dinero en el tiempo. Como la mayoría de la gente no sabe qué hacer para combatir la suba de precios y mantener el valor de sus ahorros, muchas veces pueden seguir equivocadamente cualquier consejo que se les presente para sentir que están haciendo algo al respecto.

El CFT (Costo Financiero Total) que cobran las tarjetas de crédito a quienes cancelan solamente el pago mínimo del resumen puede llegar al 90% anual, cuando la inflación real sabemos que puede estar en torno al 25/30%. Como se ve, abonar el pago mínimo de la tarjeta o tomar cualquier tipo de deuda que tenga un CFT mayor al 30% es un pésimo consejo a seguir.

2. Comprá un auto que es una buena inversión: Argentina es el único país del mundo en donde sube el precio de los usados.

Como en el caso anterior (y en muchos de los consejos fallidos), la mala recomendación se basa en un hecho fáctico sobre el cual se construye un razonamiento falso.
Es verdad que la inflación puede “licuar” una deuda, pero la misma tiene que haber sido contraída a tasas inferiores a la suba de precios. Es también verdad que Argentina es uno de los únicos lugares del mundo en el cual el precio de los autos usados sube, pero lo hace en términos nominales, no en valores reales.
La compra de un coche no puede ser considerada como una inversión porque tiene gastos de mantenimiento (cochera, nafta, patente, seguro, repuestos, arreglos) que merman la suba de valor que pueda llegar a tener de manera considerable. Así, cuando computamos el alza de precios real y los gastos de mantenimiento en el total de la “inversión”, nos damos cuenta de que este es otro consejo desastroso.

3. Si ganás menos de 10.000 pesos, ni te “calientes” en ahorrar.
Este consejo parte de la premisa de que las cantidades son las que importan y no los hábitos que podamos tener. La persona que nos dé este consejo también estará de acuerdo con que un aumento de sueldo mejorará tu calidad de vida, cuando la verdad es que si no se sabe administrar, incluso puede empeorarla.
Seguir este consejo es caer en la profecía autocumplida: como gano menos de 10.000 pesos no ahorro, como no ahorro gano menos de 10.000 pesos.
Ahorrar es un hábito que debería llevarse a cabo independientemente de lo que se gane, así sean 500, 1000 o 5000 pesos por mes los que puedan ahorrarse. Ese ahorro luego se invierte y genera ingresos pasivos en forma de intereses o dividendos, y esa nueva modalidad de ingresos parciales son los que terminarán aumentando los ingresos totales.
De esta forma, ahorrar no solo sirve para tener un resguardo en épocas de crisis sino también para comenzar a aumentar nuestros ingresos totales, independientemente de cuánto sean los mismos.

4. Comprate lo que quieras: ¡los gustos hay que dárselos en vida!

Otro caso en donde se parte de una verdad (“los gustos hay que dárselos en vida”) para luego construir un consejo erróneo.

Nadie discute que los gustos haya que dárselos en vida, pero la vida no termina hoy, y hay que tener la inteligencia para saber demorar la gratificación hasta el momento oportuno. Seguir este consejo y salir a gastar dinero en comprarnos cosas cuando quizá no es el momento equivale a confundir calidad de vida con consumismo.

Es muy probable incluso que este consejo salga de la boca de una persona que nunca pudo ahorrar y trata de “vendernos” que la gratificación inmediata es el camino más corto hacia la felicidad.
La idea de vivir (y gastar dinero) como si no hubiese un mañana es muy romántica y simpática, pero la realidad marca que muchas veces el tener la disciplina necesaria para evitar darse un “gustito” hoy, puede hacer que podamos darnos un gusto mucho más importante en un futuro cercano.

5. La mejor inversión que podés hacer en la Argentina es comprar dólares: ¡no falla nunca!

Dado que pareciera, según la creencia popular, que el dólar es la inversión más segura (porque, como se suele decir, en el largo plazo siempre se gana) cabría esperar que los números respalden esta postura cuando se toma un período de tiempo considerado de largo plazo, como por ejemplo los años transcurridos desde la salida de la convertibilidad hasta el 31 de diciembre de 2014. Del famoso 1 a 1 (un peso igual a un dólar), hasta los 15 pesos aproximados que vale hoy en el mercado informal, la apreciación ha sido de 1500%. A priori, parece un número muy alto, pero hay que tener en cuenta que la inflación real de la economía desde ese entonces es muy probable que se encuentre en cifras similares, si tenemos en cuenta las fuertes subas de precios que se registraron más que nada en 2002 (41%) y a partir de 2010 (promedio 25% anual).
Pero hay inversiones que rindieron mucho más, como por ejemplo la inversión en Bolsa, considerada erróneamente una “timba” por muchos. Los números son sorprendentes: desde los 307,26 puntos que ostentaba hacia fines de diciembre de 2001 hasta los 8579,02 de cierre el último mes de 2014, la Bolsa se ha apreciado 2.692,10%, más del doble que el dólar y la inflación.
Como se ve, comprar dólares puede servir para mantener el poder adquisitivo de los pesos, pero hay opciones mucho más interesantes en cuanto a rendimiento en el largo plazo.

CONCLUSIÓN

Hemos analizado algunas de las razones por las cuales es preferible ser más escéptico que confianzudo en lo que respecta a los consejos financieros que personas desconocidas puedan darnos. Luego, hemos visto solo algunos ejemplos de entre la enorme cantidad que seguramente existen.
Por último, me parece valioso no cometer dos errores conceptuales importantes al enfrentarnos a una situación de este tipo: creer que la otra persona nos aconseja equivocadamente adrede y hacerlo responsable de lo que suceda, eludiendo nuestra propia responsabilidad en el asunto.

Justamente, la palabra responsabilidad significa “responder con habilidad”. No investigar a fondo lo que está pasando y seguir ciegamente los consejos de terceros no parece justamente una manera muy hábil de responder a las vicisitudes financieras que la vida nos presenta.

 


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