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Vos y el Coaching Financiero.

En estos momentos, me encuentro en la República Dominicana preparando unas clases pertenecientes a un programa de Coaching Financiero que daré para los empleados de una importante compania de seguros local.

A raiz de ello, es que se me ocurrió compartir con los fieles usuarios del blog algunas reflexiones que considero muy valiosas al respecto.

La importancia de cuestionar y cuestionarse.

La aplicación del coaching a las finanzas incluye necesariamente cuestionar los modos tradicionales de percibir la realidad para que las personas puedan distanciarse de sus patrones de conductas habituales y analizarlos a la manera en que un extranjero reflexiona sobre las costumbres del país que visita.

Para ello se debe abandonar la “zona de confort” y aventurarse a regiones no exploradas pero acordes con nuestras inquietudes.

La zona de confort en este caso podría ser la caja de seguridad o el plazo fijo bancario, y el modelo tradicional de pensamiento el creer que “la bolsa es puro azar” o que “para saber invertir el dinero hay que conocer mucho, ser un especialista”.

La actualidad social y económica de nuestro país parecería indicar que lo único que nos queda es comprar un LED o un coche nuevo en 60 cuotas para que la inflación no se coma nuestros ahorros. Abandonar esta zona de confort significa creer que existen otro tipo de alternativas más provechosas para nuestros intereses.

Para comenzar operando desde El Coaching Financiero,  debo tener en cuenta que según lo que soy es que hago, y según lo que hago es lo que tengo.

Lo que soy está compuesto por mi manera de analizar la realidad que me toca vivir. En base a esas observaciones llevo a cabo conclusiones y a partir de allí hago (o acciono). En función de la calidad de mis acciones es que tengo o no lo que quiero.

Entonces, para tener lo que se quiere en el campo financiero se debe operar desde un ser que cree firmemente que inversiones de rentabilidades importantes son posibles de alcanzar, y para ello debemos decodificar la realidad en la que vivimos con herramientas que nos lleven por ese camino.

La siguiente frase del libro Ontología del Lenguaje, de Rafael Echeverría, resume este pensamiento: “No solo actuamos de acuerdo a lo que somos. También somos de acuerdo con como actuamos. La acción genera ser”.

Lo visto anteriormente remite al modelo observador-acción-resultado.

En función de lo que observo, acciono y (siempre) obtengo resultados. Estos resultados pueden ser deseados o no deseados, pero siempre a una acción la siguen los resultados.

Ejemplo: “quiero invertir mi dinero a tasas más altas que el 8% anual en pesos que me paga un plazo fijo, pero cada vez que intenté otra cosa me fue mal”.

En este caso se dice que se abre una brecha de efectividad entre el resultado deseado (invertir mi dinero a tasas más altas) y el resultado obtenido (pérdidas económicas al aventurarme en otro tipo de inversiones).

La solución no pasa por accionar de manera distinta, porque de esta manera solo obtendríamos más resultados no deseados. Se dice que cuando cambiamos nuestro accionar estamos teniendo un aprendizaje de segundo orden, que no es suficiente para modificar la situación.

Para poder cerrar la brecha de efectividad es necesario operar sobre el observador que somos de la realidad financiera que nos toca vivir. Para ello podemos buscar otros opiniones o trabajar sobre las herramientas que nos pueden ayudar a optimizar la comprensión, como ser cursos de finanzas, lectura de diarios y revistas especializadas, libros, etc…

Identificar la brecha de efectividad y trabajar duro sobre el tipo de observador que somos para modificar nuestras acciones y llegar a los resultados deseados es lo que se llama un aprendizaje de primer orden.

El Objetivo:

Para el Coaching, el objetivo es muy importante (yo diría, lo más importante) para determinar el éxito o fracaso del mecanismo. Para ello, es de vital importancia que el objetivo sea realista, cuantificable y comprobable.

En el aspecto financiero, se debe trabajar sobre metas bien detalladas y establecidas, por ejemplo: “mi objetivo es que mis ingresos provenientes de mis inversiones aumenten un 15% el año próximo”.

Para ello es importante llevar estadísticas de todas las cuestiones relacionadas directa o indirectamente con el objetivo planteado.

Por ejemplo, si mi objetivo es “quiero ganar más dinero el año que viene”, podríamos decir que el objetivo está cumplido si mis ingresos aumentan un 1%, lo cuál seguramente no nos dejará demasiado contentos que digamos. En cambio, si cuantificamos exactamente el importe en el cuál queremos que se incremente podemos luego evaluar si lo cumplimos o al menos estuvimos cerca.

De Culpabilidad y Responsabilidad.

Los Argentinos cometemos un grave error al pensar en la palabra responsabilidad, ya que solemos asociarla a culpabilidad.

Responsabilidad significa “responder con habilidad” o “habilidad para responder”. Seguramente que lo más cómodo de hacer es delegar el destino de nuestros ahorros en un tercero, pero…¿se estaría respondiendo con habilidad ante el contexto social y financiero que nos toca vivir al hacer esto?

Para poder hacernos responsables de nuestras finanzas necesitamos, seguramente, capacitarnos en el tema, pero a no asustarse: contrariamente a lo que se piensa, aprender sobre administración del dinero no es para nada difícil, solo requiere un poco de interés en el tema y la posibilidad de dedicarle una hora por día.

La opción contraría sería entregarle nuestros ahorros a otra persona (que encima tiene intereses opuestos a los nuestros) para que lo maneje y quedarnos en lo que se conoce en Coaching como “el rol de la víctima”, en donde todo lo que me pase de aquí en más no es mi “culpa” y siempre habrá otro (el ejecutivo de cuenta, la devaluación, el corralito, etc…) a quién responsabilizar.

El “rol de la víctima” es un lugar confortable, libre de presiones y posibilidades de fracaso, ya que yo no genero realidad sino que “me pasan cosas” que generan la brecha de efectividad (“mi socio me estafó”, “mi ejecutivo de cuenta me asesoró mal”, “en este país no se puede invertir”, etc…).

Pero, lamentablemente, operando desde ese lugar es casi imposible que la situación cambie un ápice.


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