Ir al contenido

La paradoja del que se alegra por ser más pobre.

Durante 10 años, muy pocos pensaron en él. Pero a partir del desastre económico, que tuvo su pico en 2001, comenzó de a poco a retomar protagonismo, aunque con ciertos altibajos (cuesta creer ahora que durante algunos tramos del gobierno del ex presidente Néstor Kirchner el Banco Central tuvo que salir a comprar para mantener su cotización). Recién en los últimos 4 años volvió a colocarse en el centro de la escena.

Estamos hablando del dólar paralelo (a fin de cuentas, el único que se puede conseguir), en momentos en los cuales su cotización en pesos alcanzó los 2 dígitos de manera estable y consistente.

Analizaremos entonces algunas de las tantas distorsiones que el alza trae aparejada en la vida cotidiana de los argentinos, al sumarse al coctel la inflación, el cepo y la falta de interés en temas relacionados a nuestras finanzas personales.

Supongamos que una persona tiene ahorrados 10.000 dólares. En diciembre de 2012, su ahorro cuantificado en pesos era de 67.800, dado que el dólar blue, en el mercado paralelo se conseguía a 6,78.

Ahora, a un valor que fluctúa en 10 pesos por unidad, esta persona podría obtener 100.000 pesos si vendiese su tenencia en una “cueva” o casa de cambio.

¿Significa esto que ha ganado 32.200 pesos? La respuesta es afirmativa en términos nominales. Analizando la cuestión con un poco más de detalle, debemos tener en cuenta que al mismo tiempo que sus ahorros (medidos en pesos) aumentaron, su sueldo o ingreso (medido en dólares) ha disminuido, aun teniendo en cuenta que el mismo pueda haber sido ajustado por inflación.

De esta manera, su stock (ahorros) ha aumentado en pesos mientras que no ha sufrido variaciones si lo medimos en dólares, mientras que su flujo (ingreso) ha bajado medido en divisa americana, aunque puede haber subido en pesos (seguramente menos que los precios de los bienes y servicios que demanda el día a día).

Pero el análisis no termina ahí: que sus ahorros, medidos en dólares, no se hayan modificado es también algo discutible, ya que habría que tener en cuenta la inflación de los EE.UU. cercana al 3% anual y la devaluación de su divisa frente a otras monedas como el euro (que se encuentra en máximos anuales en este momento), que hace que los dólares, en prácticamente cualquier otro lugar del mundo que no sea la Argentina, valgan menos.

Todo esto nos lleva a la conclusión de que nadie puede alegrarse o sentirse más rico porque se acelere la devaluación del peso frente al dólar, por más que sus ahorros estén dolarizados.

Desear que el dólar siga subiendo es querer empobrecerse, por más que muchos no se den cuenta.

La pregunta que seguramente rondará la mente del lector es: ¿existen alternativas superadoras a comprar dólares y desear que suba para tener más pesos?

La respuesta es afirmativa, tal como consigné en mi columna de la semana pasada, pero seguramente ninguna tan “cómoda” como apostar a la divisa americana.

La cuestión aquí es que esa comodidad es un tanto cara, ya que nos termina empobreciendo a todos sin que nos demos cuenta.

CONCLUSIÓN

Ciertos esquemas disfuncionales creados en tiempos pasados (generalmente traumáticos) nos pueden llevar a cometer fallas en el procesamiento de la información, que muchas veces dan como resultado un error en la interpretación de la realidad.

No es de extrañar que siendo uno de los países que más crisis financieras ha sufrido, nos encontremos siempre al borde de un “ataque de pánico” cuando la economía pierde previsibilidad, como ha sucedido en los últimos años.

Pero el miedo es siempre mal consejero, y aquellos que insisten en repetir viejas fórmulas del pasado para problemas presentes que son hoy más complejos y dinámicos, afrontarán un costo de oportunidad alto, al no poder ver que existen otras oportunidades no solo para su economía personal sino para todo el conjunto de la población.

Hay un viejo chiste que dice así: “Se encuentran dos economistas y uno le dice al otro – ¿Cómo está tu mujer?, a lo que éste responde – ¿Comparada con quién?”.

Comprar dólares y guardarlos abajo del colchón seguramente será un buen negocio si lo comparamos con quedarse con los pesos o establecer un plazo fijo bancario.

Pero, como lo están demostrando las rentabilidades de distintas inversiones en pesos en este 2013, no es la mejor alternativa si tomamos una gama más amplia de posibilidades a las que cualquier persona puede hoy en día acceder.

“Sentarse arriba de los verdes” y esperar que aumenten puede otorgar falsas ganancias en pesos, pero pérdidas reales en cuanto al poder adquisitivo de nuestros ingresos corrientes, que son, al fin y al cabo, de lo que vivimos en lo cotidiano.

Abrir la mente a nuevas inversiones puede, en cambio, permitirnos aprovechar de la mejor manera este rio revuelto llamado rumbo económico.


¿Quiere que el dinero se transforme en una fuente de satisfacción en vez de una fuente de preocupación en su vida?

Aprenda a salir de deudas, generar ingresos pasivos en su economía doméstica e invertir con éxito en la Bolsa de la mano de Nicolás Litvinoff en los cursos online de Estudinero! ¡Reserve su vacante!
Descuento activo: -20% off*

¡Anótese ahora y comience de inmediato!
Ingrese al siguiente link con su tarjeta de crédito a mano para completar la inscripción:


Finanzas PersonalesbolsaWarren BuffettBitcoin y Criptoactivos


Por dudas y consultas, escribir a cursos@estudinero.org

“Le enseñamos a generar sus propios VAIs (Vehículos Automatizados de Ingresos).”