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La economía solitaria: claves para los hogares unipersonales.

Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación.

Un nuevo fenómeno sociológico se expande en el mundo y modifica de a poco la economía en cuanto su oferta y demanda: entre los años 1996 y 2011, la cantidad de personas que viven solas a nivel global se ha prácticamente duplicado, al pasar de 153 millones en 1996 a 277 en 2011, según los datos que surgen de la organización Euromonitor International.

La Argentina no se mantiene al margen sino que acompaña: según un informe de la Dirección General de Estadísticas y Censos del Ministerio de Hacienda, en el año 2008 los hogares unipersonales en Buenos Aires alcanzaron el 32% del total cuando en 1980 representaban apenas el 16%. En total, más de dos millones de personas viven solas en nuestro país, según el censo de 2010 elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.

Las causas de esta tendencia habría que buscarlas en cuestiones que tienen que ver con los cambios de hábitos, creencias y otras cuestiones más profundas y complejas, pero el objetivo de esta columna es analizar su impacto desde el punto de vista de las finanzas personales para luego ofrecer algunos consejos útiles para aquellos que estén pensando en formar parte de esta nueva economía solitaria.

¿QUÉ BENEFICIOS Y DIFICULTADES DEBEN AFRONTAR?

Vivir solo tiene sus pros y sus contras. Desde el punto de vista emocional, se gana autonomía y libertad en cuanto a la toma de decisiones, pero en el plano económico, es innegable que el costo aumenta al no tener otra persona con la cual dividir los gastos.

Sumado a ello, la mayoría de las industrias siguen lanzando sus productos pensando en una familia tipo de dos hijos o incluso más numerosa, con lo cual, los “solitarios” suelen tener problemas a la hora de optimizar los gastos y aliviar la economía doméstica.

De las dos millones de personas que viven solas en nuestro país, más de medio millón corresponde a hombres y mujeres de entre 25 y 44 años, que en su mayoría cuentan con un importante poder adquisitivo que utilizan para darse los gustos: ropa, viajes, estética y actualización tecnológica constante.

Frente a esto, algunos sectores de la economía comenzaron a enfocarse a este nuevo nicho buscando incrementar sus ventas, y un fiel reflejo de esto es el mercado inmobiliario, que en los últimos años ha aumentado de manera importante el desarrollo y construcción de viviendas unifamiliares (uno o dos ambientes).

Al mismo tiempo, en las góndolas de los supermercados pueden observarse productos cada vez más chicos en cuanto a su tamaño y contenido, aunque esto también se debe a una estrategia de las empresas para amortiguar las subas de precios ofreciendo menos cantidad a igual valor.

En el rubro turismo, sin embargo, aún hay mucho por hacer, ya que la oferta para aquellos que quieren viajar solos suele ser de baja calidad y excesiva en cuanto al precio, como si el mercado aún no estuviese listo para este cambio.

¿ESTÁS PREPARADO PARA VIVIR SOLO DESDE EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO?

Tomar la decisión de vivir solo no es tan difícil: lo complicado viene luego, cuando se descubre que muchas de las facilidades que se gozaban al vivir con la familia o en pareja se evaporan como por arte de magia.

A continuación, veremos un pequeño cuestionario que puede ayudarte a saber si es conveniente o no dar ese importante paso:

1. ¿Cuál es la razón por la cual querés vivir solo?

a) Para ganar en autonomía y libertad y no depender de otra/s personas.

b) Para vivir una nueva experiencia y ver cómo me va.

c) Para hacer lo que quiera cuando quiera sin tener que estar planificando y organizando todo el tiempo.

2. Según tu opinión, ahorrar es importante para:

a) Poder invertir esos ahorros y agregar ingresos a los que obtengo por mi trabajo.

b) Tener un fondo de emergencia para estar tranquilo por cualquier cosa que pase.

c) Nunca pude ahorrar y dudo que viviendo solo pueda hacerlo.

3. Cómo te organizás con tus gastos.

a) Los anoto en un cuaderno o en la computadora, a fin de tener todas las erogaciones ordenadas.

b) No los anoto pero tengo los números en la cabeza.

c) No les doy mucha importancia, voy gastando en función de mis necesidades y las boletas que llegan.

4. A cuánto ascienden tus deudas en la actualidad.

a) No tengo deudas.

b) Entre el 10 y el 30% de lo que gano.

c) Más del 30% de lo que gano.

5. Qué porcentaje de tus ingresos representa el valor del alquiler de un departamento monoambiente o 2 ambientes.

a) Menos del 10% de mis ingresos.

b) Entre el 10 y el 40% de mis ingresos.

c) Mucho más que el 40% de mis ingresos.

Si la mayoría de las respuestas elegidas fueron (a), mental y financieramente te encontrás preparado para el dar el paso de vivir solo. Si la mayoría de respuestas fueron (b), debés ajustar algunos detalles antes y es probable que al principio la organización y demás requerimientos de la independencia te cuesten un poco.

Si la mayoría de respuestas fueron (c), el monto de tus ingresos, el nivel de organización de tus finanzas personales y demás cuestiones importantes no son compatibles con las responsabilidades de vivir solo, y quizá lo mejor sea postergar un tiempo ese salto.

CONCLUSIÓN Y CONSEJOS

Dada la escasa literatura existente en lo referente a lo necesario para vivir solo desde el punto de vista de las finanzas personales, muchos deben pagar un alto “derecho de piso” al cometer errores que fácilmente podrían evitarse.

La disciplina y la organización son aspectos que hay que adquirir para que la aventura no se transforme en una pesadilla financiera: nadie nos recordará los vencimientos de los servicios e impuestos, y que una parte del presupuesto se vaya en intereses por mora no parece ser una buena opción para mantener las finanzas ordenadas.

La comida es otro tema fundamental que debe ser planificado sino se quiere afrontar una erogación injustificada en el rubro alimenticio con deliverys.

Por último, pensar en la familia o amigos como un salvavidas financiero es un error que puede costar caro desde el punto de vista emocional: vivir solo significa también ser independiente, y la idea es planificar de largo plazo sin una ayuda de corto que solo servirá para apagar incendios momentáneos, pero sin resolver el problema financiero de fondo.

La preferencia de la soledad en detrimento a la vida familiar o en pareja podría seguir creciendo según los datos vistos al comienzo de esta nota. Estar preparado y tomar decisiones acertadas en función de la realidad de cada uno es el mejor camino para lograr dar el paso de manera responsable y sin trastabillar.


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