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El futuro del dinero en 5 minutos.

Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación

Estás caminando por la calle y ves un mendigo pidiendo limosna sentado en una esquina. Te acercás, sacás tu tarjeta de crédito y la deslizás por el posnet que este tiene a la vista a su lado, e introducís el importe que querés donar. Seguís caminando y entrás a un banco en donde no hay ni una sola persona atendiendo al público y son todas máquinas que no aceptan dinero físico. Al salir de allí vas a comer algo y cuando terminás apoyás la palma de tu mano en un lector y colocás un código de cuatro dígitos para realizar el pago de lo consumido.

No, no estamos hablando de una película de ciencia ficción. Todo esto ya está ocurriendo en distintos países del mundo, por más de que aquí todavía no estemos ni enterados.

¿Hacia dónde va el futuro del dinero? ¿Dejaran de existir los billetes y monedas? ¿Cómo repercutirán estos importantes cambios en tus finanzas personales?

Analizaremos juntos estos temas a continuación.

Contexto actual y hacia dónde vamos

Para entender lo que se viene en términos del futuro del dinero, primero hay que entender la importancia de la registración por sobre el vehículo.

Anteriormente los derechos sobre la posesión se basaban pura y exclusivamente en el papel, todo era “al portador”. Con el paso del tiempo, se descubrió que la importancia de los derechos sobre la posesión existen independientemente de un papel o certificado, porque en caso contrario: ¿Qué pasa si pierdo el papel donde figura la escritura de mi departamento? ¿Pierdo inmediatamente la posesión del mismo?

Para que esto no suceda, se comienza a dar importancia al registro (realizado debidamente en un organismo dedicado a tal fin) por sobre el vehículo (escritura o billetes y monedas), de tal manera que la gran mayoría de dinero que se mueve en el mundo de un lado a otro hoy en día es electrónico y no físico.

Si asimilamos la importancia del registro podemos rápidamente cambiar el chip en la cabeza para poder entender que lo importante no son los billetes que podría tener disponibles para gastar sino el correcto registro de titularidad de los mismos en organismos seguros y tecnológicamente avanzados.

Algunos países ya lo han hecho y se encuentran un paso más adelante que el resto: en Noruega los billetes y monedas representan apenas un 2% del total del circulante en la economía, y menos del 20% de las transacciones son en efectivo frente a un promedio de 75% en el resto del mundo.

En Suecia la app de pagos digitales en celulares desde la cuál se realizan gran parte de las transacciones diarias tiene 3 millones de usuarios sobre un total de 4,5 millones de habitantes. Los robos a bancos son prácticamente inexistentes al no haber casi dinero físico en sus sucursales.

Dinamarca ya anunció que dejará de acuñar moneda en el año 2017. Inicialmente planea terminar con el dinero físico en tiendas de ropa, gasolinerías y restaurantes. El fin del dinero físico producirá un ahorro de 13,4 millones de dólares anuales en concepto del costo de producción del mismo.

La Argentina viene aún bastante rezagada en este sentido, ya que apenas el 40% de las transacciones bancarias se realizan de manera digital.

Con estos datos sobre la mesa y asumiendo que estamos frente a un fenómeno imparable que más temprano que tarde derivará en la digitalización del dinero, veamos a continuación cuales serían los beneficios y los obstáculos que este cambio de paradigma trae aparejado.

Beneficios y obstáculos del dinero digital

Como todo proceso en construcción, la implementación del dinero digital presenta beneficios claros y concisos así como también ciertos obstáculos que deberán ser superados en el corto plazo.

 i) Obstáculos:

Riesgo de privacidad: El gasto en efectivo preserva el anonimato de la persona que lo realiza, mientras que las transacciones digitales producen un registro en donde esa privacidad se ve amenazada.

Una forma de superar esto sería copiando procesos inherentes de las operatorias con Bitcoins, en donde a pesar de realizarse de manera digital se logra preservar el anonimato de las partes.

Cyber-crimen: Éste es uno de los mayores temores que emergen en la gente ante la potencial implementación del dinero digital. Sin embargo, si tomamos en cuenta lo visto anteriormente referido a la importancia de la registración, podemos suponer que poco a poco se irán implementando medidas para que el robo de dinero digital a través de “hackeos” o piratería informática sea virtualmente imposible.

Así todo y de la misma manera que ocurre con las tarjetas de crédito, podría idearse un sistema de seguros que proteja a un usuario frente a esta modalidad delictiva una vez comprobada la misma.

Exclusión de personas no acostumbradas al uso de la tecnología: Podría pensarse que las personas que no estén acostumbradas al uso de la tecnología, por ejemplo los ancianos, podrían quedar excluidos del dinero digital. Sin embargo gracias a la popularización del uso de los celulares y las app, este obstáculo se irá sorteando con el paso de los años y la simplificación de los procesos.

ii) Beneficios:

Reducción importante en costos administrativos, de custodia y financieros: El dinero digital trae consigo una caída importante en los costos mencionados. Las transferencias electrónicas pasarían a tener un costo marginal o nulo, como sucede hoy en día con las criptomonedas, que representan el medio más económico para realizar transferencias internacionales.

Reducción de la evasión fiscal: Al existir registro de todas las operaciones, la evasión fiscal vía la utilización de efectivo quedará en la historia.

Ecología: Se reducirá notablemente la tala de árboles para la producción del dinero billete y la contaminación que produce el transporte del físico.

Ahorro de tiempo: Hoy en día, se puede pasar casi una hora por mes en las cajas del banco o en los cajeros. Este tiempo perdido podría ser dedicado a otras actividades más productivas.

El celular-billetera y tus finanzas personales

No tengo dudas de que muy pronto estaremos realizando gran parte de nuestras transacciones financieras diarias a través de los celulares.

Pensemos esto: hoy en día en el mundo existen 1000 millones de cuentas bancarias, frente a 5500 millones de celulares. Concentrar el efectivo y el home banking en el mismo celular, podría ser beneficioso para todas las partes involucradas.

En línea con esto, Apple ofrece en su iPhone 6 el Apple Pay, que tiene una tecnología “token” para generar un código que encripta el proceso de pago entre el comercio y el banco con el objeto de asegurar la privacidad del usuario. Lo mismo hace Google Wallet, integrando distintas tarjetas de crédito y transformándolas en aplicaciones digitales.

Próximamente, se espera que Facebook ofrezca una moneda virtual que pueda ser usada para operaciones y pagos por sus más de 1.5 billones de usuarios.

Frente a estos argumentos, no debería quedar dudas de que el celular billetera está próximo a nuestras vidas. ¿Como anticiparse y beneficiarse de estos cambios?

Para contestar esto tomaré como ejemplo la app de Salud que viene embebida en el iWacht (relog inteligente) de Apple (también existen otras aplicaciones similares que pueden ser descargadas en celulares Android). En la misma y gracias a una serie de censores, podemos acceder a un monitoreo en tiempo real de datos de nuestra salud como ser: ritmo cardíaco, cantidad de tiempo parados, cantidad de kilómetros caminados en el día, calorías consumidas, etc.

Estos datos son registrados y presentados gráficamente en forma de anillos en función de los objetivos que el mismo usuario puede programar de manera muy fácil.

De la misma manera, cuando se encuentre popularizado el uso del dinero vía celulares (o relojes inteligentes) podremos acceder a un monitorio total y en tiempo real de aspectos de suma importancia para nuestra economía doméstica, como ser: dinero gastado por día/mes/año, dinero ahorrado por día/mes/año, interés diario/mensual/anual por dinero invertido, historial de gastos y consumo, y muchos otros datos útiles mas que queramos “costumizar” nosotros mismos.

Pero lo mejor de todo es que todos datos se compilaran en tiempo real sin que nosotros tengamos que hacer absolutamente nada para ello.

Conclusión

Estas innovaciones de las que estamos hablando no son un dato menor: la frase de cabecera “no se en que se me va el dinero” enunciada por las personas con problemas financieros ya no tendrá razón de ser, y tendremos ante nuestros ojos la totalidad de nuestra vida “financiera”‘para poder analizarla y sacar conclusiones.

De la misma manera, el trabajo de los asesores financieros se verá simplificado ya que ahora solo tendrán que pedirles a sus clientes el acceso a sus estadísticas para ver que es lo que están haciendo mal y asesorarlos.

El beneficio para aquellas personas interesadas en mejorar su relación con el dinero puede ser enorme.


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