Especial de Nicolás Litvinoff para el Diario La Nación
El 2021 que está culminando no pudo dejar atrás la pandemia y la cepa Ómicron parece consolidar al Covid como el nuevo virus que llegó para quedarse, aunque con un nivel acotado de letalidad. Las proyecciones para el año próximo hablan de un mundo más protegido, donde las restricciones serán muy puntuales y las vacunas llegarán a más rincones, incluidos los sectores que desconfían del sistema de salud tradicional.
En términos económicos, la recuperación global es un hecho, con el consumo como principal motor. No obstante, el aumento de la inflación a nivel planetario genera preocupaciones y fija posibles límites al crecimiento, especialmente si se traduce en una suba de tasas en Estados Unidos.
Como vemos, el escenario está cambiando y nos obliga a modificar nuestras metas y estrategias. Es hora de barajar y dar de nuevo para establecer los objetivos en 2022.
Para ello, hoy traigo una serie de ítems basados en los 3 de los pilares sobre los que venimos hablando en este espacio: Ingreso, Ahorro y Gasto
Objetivo Ingreso 2022: Generar Ingresos Pasivos Financieros
Aumentar los ingresos es, probablemente, la primera de las metas que se te vienen a la cabeza, pero cómo hacerlo es otro cantar.
Los Ingresos Pasivos Financieros (IPF) pueden ser la clave. Si nunca los generaste, es hora de comenzar. Si ya los venís generando, entonces el objetivo pasa por aumentarlos en términos reales; esto es, tratando de vencer a la inflación.
Los IPF son ingresos que se obtienen a partir de la inversión de un capital ahorrado. No tiene por qué ser un monto enorme de dinero, sino que se puede comenzar con el excedente que generamos en un mes de trabajo.
La inversión no debe destinarse a cualquier activo. Para que el activo financiero sea considerado generador de IPF, debe cumplir los siguientes requisitos:
a) Se debe saber de antemano qué flujos de fondos (dinero en concepto de intereses, dividendos, rentas, etc.) generará, cuándo recibiremos los montos y en qué momento cobraremos el capital invertido, más allá de los intereses.
b) El capital invertido no debe sufrir variaciones en su valor de mercado o esa variación debe ser pequeña y tolerable.
c) Se debe comprender cómo él tomador o los tomadores del capital que invertimos (deudores) obtienen recursos para devolver el dinero con intereses.
Ejemplos de activos generadores de IPF son:
Plazos Fijos, Bonos, Obligaciones Negociables, Cheques de Pago Diferido, Depósitos en Cooperativas, Finanzas Colaborativas, Cauciones Bursátiles, Fondos Comunes de Inversión de Renta Fija y criptomonedas Estables (stablecoins) colocadas a tasa.
Objetivo Ahorro 2022: Ahorrar el 15% de tus ingresos
La mayoría de los argentinos están endeudados, por lo que el ahorro es una actividad absolutamente desconocida para ellos. Sin embargo, lo difícil no suele ser imposible y ahorrar puede ser una meta a cumplir el año próximo.
El ahorro es un excedente entre el ingreso y el gasto. Para conseguirlo, te propongo que comiences a utilizar un sistema conocido como “Páguese a usted primero”. Suele ser muy efectivo para abandonar ciertos hábitos y costumbres en materia de gastos que afectan nuestra salud financiera.
Por culpa de las convenciones más difundidas y aceptadas en la sociedad, las personas realizan esta cuenta con sus ingresos para saber cuánto pueden ahorrar: Ingresos – Gastos = Ahorro
Entra el dinero, se cumple con los gastos fijos y con los gastos variables adeudados o presupuestados y recién después se ahorra lo que queda, si es que algo queda.
Lo que te propongo ahora es que inviertas los términos de la fórmula para llegar a la siguiente:
Ingresos – Ahorro = Gastos
El enfoque “Páguese a usted primero” (repetí conmigo) puede tener un efecto transformador en tus finanzas personales: apenas te ingresa dinero, separás el 15% y lo destinás al ahorro y la inversión. Luego, con el resto, hacés los malabares necesarios para cumplir con tus gastos utilizando el restando 85% de tus ingresos.
Objetivo Gasto 2022: Organizar el caos para generar excedentes
Los números dan vuelta por tu cabeza y sentís que tus finanzas viven en un mundo caótico del que querés escapar, pero no podés. Pues bien, como dice un amigo, primero lo primero: tenés que comenzar organizando los gastos, buscando que el bolsillo se amolde a ellos y no al revés.
Es gasto todo lo que sale de tus arcas para la adquisición de bienes y servicios que se consumen en el momento o con el tiempo, mientras que es inversión aquel gasto que genera un ahorro presente o futuro.
La idea en este punto es que puedas dividir Gastos Totales (GT) en Gastos Fijos (GF) y Gastos Variables (GV) para saber con exactitud en qué se te va el dinero todos los meses y puedas ajustar las tuercas para reducir los GT, de modo de generar excedentes (ahorros) que faciliten la inversión.
Básicamente, los GF son todos los gastos mensuales que inevitablemente debés afrontar. Hablamos de la comida, vivienda, celular, transporte, entre otros.
Por otro lado, los GV son aquellos gastos mensuales que muchas veces podés optar entre concretarlos o no: ocio, esparcimiento, ropa, gastos hormiga en cosas del kiosco, etc.
Claramente, GT es igual a la suma de GF y GV.
En nuestro ejemplo: GT = 70.000 pesos | GF = 42.000 pesos | GV = 28.000 pesos
Ahora bien, si dividimos GF por GT, llegaremos a la conclusión de que 42.000 (GF) / 70.000 (GT) = 0,60. O sea que los gastos fijos equivalen al 60% de los gastos totales. Si hacemos 28.000 (GV) / 70.000 (GT) = 0,40. Este resultado completa al anterior: los gastos variables representan el otro 40%.
En un caso así, el objetivo para 2022 pasaría por reducir 10% los GV y 5% los GF (casi siempre más difíciles de bajar) para alcanzar o mejorar la meta de ahorro que vimos al principio de esta nota.
Bonus track y conclusión: Objetivos y congruencia en la planificación
Una persona podría ponerse como objetivo para 2022 ganar el dinero necesario para no tener que trabajar nunca más y vivir una vida de lujos y confort, ¿pero es algo que se pueda lograr en ese lapso de tiempo?
Cuanto más lejana es la meta de corto o mediano plazo, más alta la probabilidad de fracaso y abandono. Por lo tanto, esta conducta redunda en un juego donde nosotros mismos nos tendemos una trampa y nos llevamos sin vueltas hacia un estrés financiero que odiaremos al punto de preferir seguir como venimos, mordiendo la banquina o directamente despistando.
Por ende, es de suma importancia que la planificación de tus objetivos para el año próximo goce de objetividad y congruencia.
Objetivad remite desde el vamos a objetivo, de ahí la importancia de que seamos realistas a la hora de planificar las metas. Yo podría haber recomendado generar un 50% de ahorro sobre tus gastos, pero sé que la frustración sería altamente probable y el abandono de la meta, casi inmediata. Mejor es pensar en objetivo realista del 15% y, en todo caso, superarlo con orgullo y sin sufrimiento.
En tanto, cuando hablo de congruencia, me refiero a una relación lógica y coherente entre lo que hacemos y lo que buscamos conseguir.
Para cumplir este punto, es importante la autocrítica: debemos sincerarnos con nosotros mismos y llevar un registro de nuestras incongruencias.
Vamos con más ejemplos: nos quejamos de que en este país no se puede ahorrar, pero llevamos nuestras tarjetas de crédito al límite cada vez que entramos a un shopping. También proclamamos a los cuatro vientos que es imposible invertir los ahorros por falta de estabilidad macroeconómica, pero no nos esforzamos por desarrollar nuestra inteligencia financiera. Finalmente, afirmamos con gran convicción que nos gustaría ganar más dinero, pero perdemos mucho tiempo libre con el celular en la mano, delante del televisor o de una consola de juegos en lugar de pensar cómo explotar nuestras habilidades, disfrutar nuestro arte y generar negocios.
La incongruencia financiera nos aleja de los logros que alguna vez quisimos alcanzar. Es como pretender gozar de un cuerpo tonificado sin hacer deporte o gimnasia y sin comer sano.
La incongruencia aparece cuando anhelamos muy profundamente y lo que hacemos no solo no ayuda, sino que dificulta la materialización de ese deseo.
Ser congruentes significa vivir una vida que se ajuste a nuestras posibilidades y contar con la madurez y humildad necesarias para comprender qué podemos hacer y qué no, siempre en función de los recursos con que contamos y de aquellos que podemos incorporar.
Ahora que ya tenés estos conceptos masticados, es momento de tomar el cuaderno y la lapicera (o, mejor aún, la planilla de Excel) y comenzar a delinear tus objetivos financieros para 2002.
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