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Dólar Massa versus Dólar Milei: ¿Qué esperar para “el día después”?

 

En el escenario en el que el candidato del oficialismo gane el balotaje, se prevé que la moneda aguarde en las sombras las primeras medidas que se tomarán inmediatamente después de las elecciones; si, en cambio, el libertario se alzara como ganador en el balotaje, el mercado podría reaccionar de manera más abrupta

Especial de Nicolás Litvinoff para el Diario La Nación

En Argentina, el dólar es el epicentro de las conversaciones económicas. La gente piensa en dólares, sueña en dólares, y se preocupa por su evolución contra el peso de manera cotidiana. Esta obsesión tiene raíces profundas en nuestra historia económica y en la necesidad de proteger nuestros ahorros de las fluctuaciones monetarias que han dejado cicatrices en generaciones pasadas. La relación entre el argentino y el dólar es única, y es un fenómeno que difícilmente se encuentra en otros lugares del mundo. ¿Por qué esta fascinación desmedida? La respuesta se encuentra en una serie de factores que convergen de manera única en nuestro país.
Cuando el dólar se eleva frente al peso argentino, la repercusión es inmediata y se hace sentir en todos los rincones de la economía. Los precios de bienes y servicios tienden a aumentar, a veces más que proporcionalmente, lo que afecta directamente al bolsillo de la población. La relación entre el dólar y la
inflación se ha vuelto un vínculo inquebrantable que rige gran parte de nuestras decisiones financieras.
El dólar es una suerte de refugio de valor indiscutible en nuestro país.
La gente tiende a ahorrar en divisa norteamericana como forma de proteger sus ingresos de la inflación descontrolada. Además, no podemos obviar que el precio de las propiedades y los alquileres, así como el de bienes importados como vehículos, se encuentran dolarizados en gran medida. Esto impulsa a los argentinos a seguir de cerca la cotización de la divisa estadounidense.
La historia de Argentina también está marcada por episodios de corridas cambiarias que han resultado en la caída de varios gobiernos. Esta experiencia ha dejado una huella imborrable en la psicología financiera de los argentinos, quienes saben que una devaluación brusca del peso puede tener consecuencias políticas trascendentales.

El dólar y lo que se define el 19 de noviembre próximo

Sin duda, los argentinos nos encontramos en un momento crucial donde el futuro de nuestra economía pende de un hilo. El escenario político se ha polarizado de manera inusual, y en el horizonte se vislumbra un balotaje el próximo 19 de noviembre que definirá entre dos visiones diametralmente opuestas.
En lo que respecta al tipo de cambio, el “dólar Milei” es la encarnación de un enfoque liberal y radical liderado por el economista Javier Milei. Bajo su liderazgo, se plantea la dolarización de la economía argentina, un giro audaz que sacaría al peso argentino del centro de la escena económica. Si esta visión se materializara, podríamos asistir a un escenario donde el dólar adquiera una importancia aún mayor, desafiando la lógica y la tradición monetaria argentina. Esto podría traer consigo una relativa estabilidad de precios, pero también conlleva riesgos e incertidumbres.
Por otro lado, el “dólar Massa” representa un enfoque más moderado, personificado por el político Sergio Massa. Su propuesta busca un equilibrio entre la estabilidad económica y la protección de los sectores más vulnerables. Bajo su liderazgo, podríamos anticipar una política económica más intervencionista, con medidas destinadas a contener la volatilidad del dólar y la inflación. Esto podría brindar cierta estabilidad en el corto plazo, pero plantea desafíos sobre su sostenibilidad a largo plazo.
Profundicemos a continuación en cada uno de los dos escenarios posibles que emergen para el “día después” del balotaje.

“Dólar Massa”: La clave está en el campo

En el complejo escenario político y económico que se avecina, la figura del “dólar Massa” cobra un papel protagónico. La falta de reservas para respaldar la moneda nacional plantea un desafío considerable, y es probable que un eventual gobierno de Sergio Massa deba recurrir al mantenimiento del cepo cambiario como medida de contención.
La clave de esta estrategia se encuentra en el rendimiento del campo en 2024, después de un año marcado por una sequía que golpeó fuertemente al país, causando pérdidas de más de 22.000 millones de dólares en la economía argentina. En medio de esta crisis, Sergio Massa ha asumido el desafío de lidiar con el “shock negativo” en las reservas del BCRA. Aunque se esperaba una caída “brutal” en la economía, el Gobierno ha priorizado mantener la actividad productiva, lo que ha evitado una caída catastrófica, pero ha generado más inflación y deuda.
Las exportaciones del sector agropecuario se erigen como la fuente primordial de ingreso de divisas, lo que brinda una ventana de oportunidad para acumular reservas y estabilizar la economía. La situación internacional también juega un papel crucial. Los conflictos bélicos en otras regiones, como los que involucran a Rusia – Ucrania e Israel – Palestina, podrían abrir oportunidades comerciales para Argentina en la Unión Europea.
Sin embargo, este enfoque plantea ciertos riesgos. La necesidad de mantener un tipo de cambio oficial retrasado podría resultar en devaluaciones bruscas en momentos de incertidumbre económica. En este contexto, el gobierno de Massa podría encontrarse en una delicada encrucijada: por un lado, enfrentar las presiones del FMI y otros actores que abogan por una devaluación más pronunciada y políticas de corte liberal, y por otro lado, buscar el apoyo del sector agropecuario para que liquiden sus exportaciones a un tipo de cambio más bajo que el dólar paralelo.
La acumulación de reservas se presenta como un doble objetivo: no solo muestra al mercado que se cuenta con poder de fuego para frenar corridas cambiarias en el mercado informal de dólares, sino que también permite cancelar anticipadamente los tramos de préstamos otorgados por el FMI, otorgando mayor autonomía en la toma de decisiones económicas.
En este escenario, es plausible que la brecha entre el dólar oficial y paralelo se mantenga, aunque con posibles reducciones. La devaluación inicial, calculada entre un 30% y un 60% después de las elecciones, podría ser una medida para alinear el tipo de cambio oficial con la realidad del mercado, manteniendo cierto control sobre la magnitud de la devaluación.
El ritmo inflacionario es un punto crucial en esta estrategia, con la aspiración de reducirlo a niveles del 5% mensual para 2024. Esto, sin duda, es un desafío ambicioso que dependerá de la efectividad de las políticas económicas implementadas.

“Dólar Milei”: Hacia una economía bimonetaria

En las últimas semanas, cuando los resultados de las PASO insinuaban que incluso había una posibilidad de que Javier Milei ganara las elecciones en primera vuelta, el mercado reaccionó de manera vertiginosa, enviando al dólar blue a niveles récord de 1200 pesos por unidad. A pesar de su alineación con Patricia Bullrich y Mauricio Macri, Milei continúa con su ambiciosa visión de dolarizar la economía argentina. No se trata de una dolarización obligatoria, como muchos creen, sino de una opción que crearía una economía bimonetaria, donde el uso del peso perdería relevancia con el tiempo.
Este proyecto tiene mayores probabilidades de éxito cuanto más alto sea el valor del dólar, lo que implicaría una devaluación significativa del peso inmediatamente después de las elecciones, aún más pronunciada para corregir la baja de estos días frente a la potencial victoria de Sergio Massa.
El plan de Milei se basa en la idea de que la dolarización reducirá la inflación, principalmente debido a la competencia de precios internacionales y, especialmente, si se permiten importaciones sin restricciones. Sin embargo, existe el temor de que estas medidas puedan afectar negativamente a la industria nacional, aumentando el desempleo, la desigualdad y la inseguridad, situaciones que podrían superar los niveles actuales, similar a lo que ocurrió en los últimos años de la convertibilidad.
En este escenario, no se anticipan conflictos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ni con el sector agropecuario. Con el FMI, el ajuste propuesto por Milei podría ser más severo que el sugerido por el Fondo, y en cuanto al campo, las exportaciones se liquidarían al único dólar que existiría, es decir, el dólar libre. El cepo cambiario probablemente se levantaría en los primeros meses de su mandato, lo que podría generar un aumento inicial en la inflación, e incluso la posibilidad de una hiperinflación antes de que se implemente completamente el plan de dolarización.

Conclusión

En resumen, en el escenario en el que Sergio Massa gane el balotaje, se prevé que el dólar aguarde en las sombras las primeras medidas que se tomarán inmediatamente después de las elecciones, incluyendo una devaluación inicial para corregir el atraso del dólar oficial. La incertidumbre radica en cómo Massa abordará la inflación provocada por las Leliqs y otras cuestiones urgentes en sus primeros meses de mandato. En este contexto, no sería sorprendente que el dólar oficial bajo la administración de Massa alcance niveles por encima de los 600 pesos, y que el dólar paralelo se sitúe en el rango de 1400/1600 pesos.
Si, en cambio, Javier Milei se alza como ganador en el balotaje, el mercado podría reaccionar de manera más abrupta, reflejando la incertidumbre en torno a la transición hacia la dolarización y una mayor liberalización comercial.
Esto podría llevar el “dólar Milei” por encima de los 2000 pesos. Se asume que el cepo debería ser levantado lo antes posible bajo su administración, lo que implicaría una convergencia hacia arriba de los tipos de cambio, tanto oficial como paralelo. En caso de que el levantamiento del cepo se demore, podríamos anticipar un “dólar Milei” oficial en torno a los 1000 pesos para fines de año.
Es importante recordar que, en política, las sorpresas son moneda corriente, y nadie posee una bola de cristal para prever el futuro con certeza. Sin embargo, al entender las posibles implicaciones de un escenario liderado por el “dólar Milei” o el “dólar Massa”, los argentinos pueden tomar decisiones financieras más informadas y estar preparados para lo que se avecina.
La fascinación argentina por el dólar está lejos de disiparse, y estos próximos comicios podrían marcar un capítulo crítico en la historia económica del país. Estar al tanto de estas perspectivas es un paso en la dirección correcta para anticiparse a las jugadas que están por venir.


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