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Los enemigos de la amistad.

Les comparto una interesante y divertida nota sobre los enemigos de la amistad, en donde opiné junto con otros especialistas; en mi caso referido a los hábitos de dinero dañinos para con los amigos.

Los enemigos de la amistad
Evangelina Himitian y Soledad Vallejos
LA NACION
Sábado 09 de abril de 2011 | Publicado en edición impresa

Los argentinos nos ufanamos de ser buenos amigos. Pero ¿cuáles son hoy los principales enemigos de la amistad, es decir, aquellas cosas que pueden convertir a alguien muy cercano, de pronto, en un extraño? Este juego propone un recorrido de situaciones para que el lector someta a prueba sus hábitos y costumbres y analice, a la luz del consejo de los diversos especialistas consultados por La Nacion, si sus actitudes frente a los demás lo acercan o lo alejan de sus seres queridos.

La dieta

Todos los lunes prometés que empezás de cero. “Mañana arranco la dieta”, repetís cada semana e intentás seguir al pie de la letra el menú light en cada comida. Sin embargo, bajar de peso resulta una misión imposible.

Situación: te invitan a un asado. Es una de las propuestas que más disfrutás junto con tus amigos, pero estás a dieta, una vez más, y no sabés qué hacer:

A: te llevás un tupper con ensalada de hojas verdes y le pedís al encargado de hacer el asado que te haga un lugar en la parrilla para tirar dos milanesas de soja que traés de tu casa.

B: les decís a todos que estás a dieta y que no vas a comer mucho, tal vez “media molleja, un bifecito desgrasado y un poco de ensalada nomás”. Pero no resistís y en la picada ya consumiste más de 700 calorías.
CONSEJO

“Hay personajes que viven a dieta y cada vez que tienen que ir a comer una pizza con amigos o sentarse a la mesa de un restaurante advierten a los demás sobre su régimen y rechazan cualquier ofrecimiento que no esté dentro del plan para bajar de peso. Nada más odioso que eso cuando alguien invita a un amigo a comer. La palabra dieta hay que eliminarla. Aprender a comer de manera saludable es la solución. Puedo comer dos porciones de pizza a la piedra, que aportan unas 400 calorías, sin sentir culpa, y al día siguiente hacer 50 minutos de bicicleta o correr 34 minutos. También puedo permitirme tomar una copa de vino, que aporta unas 100 calorías que luego puedo quemar con 24 minutos de caminata”.

María Emilia Mazzei, especialista en nutrición.

El éxito

Crecieron juntos, compartieron miles de momentos memorables, pero algún miembro del grupo tuvo más éxito que los demás en la vida. De a poco, el grupo y esta persona dejaron de sintonizar: sienten que tienen un pasado juntos, pero en el presente, nada en común.

Situación : Vas a festejar tu cumpleaños, algo chico, sólo para los íntimos. ¿Lo/la invitás?.

A: “Sí, definitivamente es uno de nosotros. El éxito es algo circunstancial y celebro que le vaya bien”.

B: “Mejor que no se entere. Cuando viene, el clima se enrarece, no la pasamos bien”.
CONSEJO

“Si el éxito enfría una amistad, ya sea porque uno siente que los amigos son menos o porque ellos se sienten mal con él, quiere decir que ese vínculo ya estaba corroído previamente. El éxito fue un detonante. La amistad es el más incondicional y parejo de los vínculos. No tiene un para qué. No nos hacemos amigos para algo. Aristóteles decía que la verdadera amistad se basa en la virtud de ese vínculo y no en la conveniencia, que lo convierte en una transacción. La amistad no nos obliga a convivir, a criar hijos ni a asumir responsabilidades. Es ciento por ciento pasado y presente. No tiene propósitos. Si perdió su razón de ser, simplemente, desapareció.”

Sergio Sinay, sociólogo especialista en vínculos.

El amarrete

Cuando llega la pizza, se va al baño para no tener que pagar. Si tiene que poner $ 19,75, se queda esperando el cambio. Jamás hace un regalo. Cuando lo invitan a comer, nunca lleva un vino o un postre. Si le piden que traiga algo dulce para el café, lleva edulcorante. Con más o menos matices, en todos los grupos hay un amarrete. ¿Cómo saber si uno es ese personaje?

Situación: suena el teléfono y te avisan que se juntan tus amigos a cenar. Lo primero en lo que pensás es:

A: “Uy, pero. ¿cuánto vamos a gastar?”

B: “Buenísimo, hace mucho que no nos vemos”.
CONSEJO

“No puede disfrutar de estar con familiares y amigos, porque sólo piensa en los gastos. No es una persona que sabe manejar el dinero y hacer un gasto inteligente. Tiene una imposibilidad psicológica y no económica de gastar. Esto genera roces. A veces, los amigos aceptan al tacaño porque ya lo conocen previamente. Se soporta hasta algún límite; este comportamiento puede atentar contra la amistad”.

Nicolás Litvinoff, economista, autor del libro Es tu dinero.

Las redes sociales

A contramano de lo que presumen, las redes sociales pueden echar a perder los lazos de amistad más fuertes. Aunque no está escrito, existe un catálogo de buenas conductas para los usuarios de la era digital.

Situación: querés subir a la red las fotos de tu cumpleaños? ¿Qué criterios utilizás a la hora de hacer la selección y compartir el álbum con todos tus contactos?

A: elegís las fotos que favorecen tu imagen y etiquetás a todos los que aparecen allí, sin importar si son meros conocidos, íntimos amigos o familiares.

B: seleccionás las fotos donde sólo aparecen vos y tu grupo íntimo de amigos. Etiquetás sólo a las personas que sabés que no tienen inconvenientes en figurar y, en caso de duda, prescindís de colocar el nombre.
CONSEJO

“Hay que respetar el código de la amistad y buen comportamiento 2.0, aunque no esté escrito en ningún lado. Los usuarios de la Red suelen cometer una infinidad de prácticas indeseables y más de una amistad se rompió a causa de un mal uso del mail o las redes sociales. Jamás se debe compartir información sobre terceros sin previa autorización, y aceptar todos los pedidos de amistad que uno recibe sólo para abultar la lista de “amigos” no es una buena práctica.”

Martín Spinetto, gerente de Comunicaciones al Consumidor de Microsoft.

La pareja

Es la persona que elegiste para compartir la vida pero, en el último tiempo, sentís que te alejaste de tus amigos por su causa. No le cae bien que salgas con ellos, no se banca a sus parejas, con o sin razón, se la pasa criticándolos.

Situación: se organiza un asado para toda la barra, la invitación es para ir con las parejas. ¿Qué hacés?

A: le pedís (le rogás) que te acompañe. “No les puedo fallar”, decís y hacés frente a las consecuencias.

B: buscás una excusa porque sabés que tu vida será un infierno.
CONSEJO

“Las personas codependientes establecen vínculos adictivos. El otro es todo y lo aíslan del entorno. Es algo que veo con frecuencia en el consultorio: mujeres u hombres que sienten celos por las amistades de su pareja y tratan de disolver esos vínculos. Que mi pareja tenga amigos la enriquece como persona. Hay que tratar de mantener esos espacios independientes de cada uno. Se puede tratar de integrar los amigos a la pareja, pero no siempre funciona. Es un mito que, como pareja, tengamos que compartir las amistades.”

Mónica Cruppi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina e investigadora de temas de pareja.

El mate

Puede ser un punto de encuentro: los amigos reunidos, compartiendo confidencias con el mate como testigo. Sin embargo, no todos disfrutan de esta infusión, un comportamiento que en un grupo puede ser interpretado como antisocial.

Situación: no te gusta el mate, ni dulce ni amargo. No comulgás con la idea de la bombilla compartida. No te gusta el sabor. Aunque te tilden de poco argentino, evitás tomarlo. Estás en una ronda con amigos que no ves hace mucho y se olvidaron de que vos no tomabas. Te ofrecen uno. ¿Qué hacés?

A: ponés tu mejor cara de póquer y decís: “No gracias, yo no tomo mate”.

B: hacés el esfuerzo para que no se corte el buen clima que se instaló: “No soy muy matero, pero te acepto uno”, deslizás.
CONSEJO

“Si no tomo mate, lo digo. Se acepta. No vale la pena esforzarse. Pero si pasa por un tema de aprensión y uno prefiere tomar mate solo, mejor evitar las excusas del tipo: “Me da acidez o el médico no me lo recomienda”.

Valeria Trápaga, somelier especializada en cata de yerba mate, del Establecimiento Las Marías.

Las creencias

Vivimos en la neo posmodernidad. Cada uno puede pensar lo que quiere y está bien. Pero, ¿nuestras creencias políticas o religiosas podrían hoy enemistarnos con viejos amigos?

Situación: en la ronda de café, después de compartir una buena cena juntos, uno de tus amigos comienza a hablar de las bondades del macrismo/kirchnerismo. Como la política nunca fue central para ustedes, desconocías que tu amigo tenía puesta una camiseta radicalmente reñida con tus creencias.

A: pasás por alto el comentario y piloteas la conversación para que la noche termine en paz.

B: te trabás en una discusión ideológica que se prolonga por varias horas y no conduce a ningún lado.
CONSEJO

“Las creencias políticas sostienen sistemas de valores a veces muy reñidos. La política en el fondo es una cuestión moral. Aunque sea doloroso de afrontar es darse cuenta en qué creía cada uno. Sin embargo, los verdaderos amigos saben valorar al hombre o mujer de bien que hay en el otro más allá de sus banderas políticas. Pueden ser distintos caminos para llegar al mismo lugar. El respeto es fundamental”

Sergio Sinay, sociólogo especialista en vínculos.


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