Especial de Nicolás Litvinoff para el Diario La Nación
Estamos atravesando uno de los años más difíciles para las inversiones financieras. ¿Acciones bursátiles tradicionales? -10% promedio. ¿Tecnológicas? -20%. ¿Bitcoin? -50%. ¿Bonos corporativos de EEUU? -8%. ¿Propiedades en Argentina? -20%. ¿Dólar cash? -8,6% (último dato de inflación interanual de mayo en EEUU). ¿Peso argentino? -50% en 8 meses.
Frente a semejante sangría, debemos mantener la cabeza fría y ajustar nuestras estrategias de inversión al contexto, puesto que los hechos están para analizarlos, no para negarlos.
Lo cierto es que estamos en un ciclo bajista que comenzó a principios de año y no se sabe cuánto puede durar, más allá de que el promedio histórico indica 289 días o casi 10 meses para los derrumbes más serios en Wall Street.
En la columna de hoy, repasaremos 5 tips para invertir en mercados bajistas. El objetivo es reacomodar nuestras expectativas de retorno y controlar el riesgo que asumiremos en este complicado escenario.
- Crear un fondo de emergencias
Hemos analizado en notas anteriores la importancia de construir un fondo de emergencia para garantizar nuestro bienestar financiero incluso en los momentos críticos.
Accidentes, despidos laborales o caídas repentinas de ingresos pueden complicarnos la salud económica si no contamos con ahorros suficientes para soportar el vendaval.
El fondo de emergencia debe contar con un monto de dinero similar a por lo menos 6 meses de ingresos y debe ser de libre disponibilidad. Esto último significa que podamos convertirlo en cash y usarlo apenas lo necesitemos, sin demoras ni dilaciones.
Obedecer a esta condición es fundamental, especialmente porque la probabilidad de requerir de este tipo de fondos aumenta en los momentos críticos del mercado y la economía. Por lo tanto, no podemos tener el fondo de emergencia invertido en activos cuyos precios puedan derrumbarse de la noche a la mañana o en activos de baja liquidez (donde es difícil encontrar rápido un comprador que pague el precio que esperamos y no nos obligue a rebajarlo) o pasibles de sufrir algún tipo de corralito.
De hecho, el fondo de emergencia nos debe salvar de tener que malvender activos con buen potencial de suba futura solo para cancelar gastos corrientes. Si ello no ocurre, significa que estamos cometiendo el grave error financiero de confundir o mezclar flujo con capital (en esta columna podrás profundizar sobre el tema).
- Revisar los fundamentos de las posiciones ya tomadas
Los mercados bajistas son una excelente oportunidad para echar un vistazo a nuestros portafolios de inversión con el fin de determinar si los fundamentos o argumentos que nos llevaron a abrir una posición alcista (comprar acciones, bonos, criptoactivos, etc.) se mantienen, perdieron fortaleza o directamente desaparecieron. Si algo de esto último pasó, hay que dejar el ego de un lado, comprender que cada decisión se toma a partir de un contexto y de conocimientos determinados y actuar en consecuencia vendiendo o al menos reduciendo nuestra posición en busca de activos con mejores fundamentos para el largo plazo.
Por otra parte, ¿qué podemos decir acerca de la diversificación de nuestras inversiones? Una cosa es creer que estamos diversificando y otra es enfrentarse a un mercado bajista y ver cómo reacciona la totalidad de nuestro portafolio. Si cae más que los índices de referencia (conocidos como benchmark en inglés), entonces no estamos diversificando lo suficiente o estamos parados en los sectores más golpeados por la crisis.
Por lo pronto, si antes de invertir hiciste los deberes sometiéndote a las 3 preguntas que vimos en notas anteriores y si chequeaste al mismo tiempo que tus inversiones no estuvieran “flojas de papeles”, entonces la revisión no será más una rutina necesaria para reafirmar las convicciones de cara al largo plazo. Si, por el contrario, la decisión de inversión estuvo más bien guiada por una recomendación del gurú de turno o el deseo de ganar dinero fácil y rápido, entonces sí se imponte un rebalanceo del portafolio hacia activos más seguros para capear el temporal.
- No evaluar el éxito o fracaso de una nueva inversión en un plazo menor a 2 años
Las grandes fortunas se siembran en los mercados bajistas y se cosechan en los mercados alcistas. Por lo tanto, es probable que este 2022 (y quizá también parte del 2023) sea recordado como el año de las oportunidades.
Ahora bien, si se trata de aprovechar estos precios deprimidos para ir abriendo nuevas posiciones, es de suma importancia no caer en las trampas del cortoplacismo. Pasamos a detallarlas:
- i) Vender rápido porque el activo comprado rebotó:
Podría darse el caso de que, luego de haber comprado una determinada acción o criptomoneda, esta experimente un rebote violento de, por ejemplo, el 10%. Ante el vértigo que genera la suba rápida, nos vemos tentados a tomar ganancias. En ese caso, se debe evaluar lo siguiente: si compramos en un mercado bajista, sabemos que la probabilidad de sufrir caídas del 30% o más en el corto plazo es relativamente alta, por lo que aspirar a ganar solo el 10% no tiene sentido, al menos en los términos de una ecuación de riesgo/rentabilidad de largo plazo. Por lo tanto, si compramos en un mercado bajista y elegimos las acciones de una empresa con muy buenos fundamentos, no suena conveniente desprendernos de ellas rápido, sino esperar que en el largo plazo esas cualidades se vuelvan a ver reflejadas en los precios.
- ii) Vender rápido porque el activo comprado siguió bajando:
Lo dijimos más arriba: todo inversor de renta variable debe saber que, cuando se invierte en acciones o criptomonedas, se puede estar 50% abajo en poco tiempo (80% en los casos de mayor volatilidad). En consecuencia, debe estar preparado para superar psicológicamente ese tipo de contingencias que lo pondrán a prueba. Si abrimos una posición alcista en un mercado bajista no podemos sentirnos omnipotentes y creer que nosotros le hemos puesto el piso al mercado. Más bien, deberíamos esperar que el activo adquirido continúe su derrotero bajista hasta que depure todo lo que tenga que depurar, para luego retomar la tendencia alcista. Por supuesto que el ideal siempre es comprar en precios mínimos, pero acertar es tan difícil como adivinar qué harán millones de inversores de todo el mundo en los próximos días, semanas y meses. Una vez más, debemos mirar el largo plazo y convencernos de que un plazo de 2 años a partir del momento de compra constituye un horizonte de planeamiento mínimo para evaluar si la operación ha sido exitosa o no.
- No vender para recomprar más abajo
Si cumplimos el segundo tip y repasamos los fundamentos de nuestra inversión, sabremos que la estrategia de vender ahora para recomprar más abajo no tiene sentido porque:
- i) Si la compra se basó en buenos fundamentos, entonces el potencial de ganancias debería ser alto. Supongamos, del 50%, por decir un número. Si creemos que podemos aprovechar el mercado bajista para vender ahora y recomprar el mismo activo cuando haya caído aún más, lo que estaremos haciendo es arriesgarnos a perder la posibilidad de obtener un 50% de ganancia por la ambición de ganar un por ejemplo un 20 o 30%, a sabiendas de que podemos equivocar el diagnóstico de corto plazo y terminar perdiendo una ganancia del 50% por una diferencia a favor del 30%. Siguiendo la lógica aplicada más arriba, vemos que hay más para perder que para ganar, según nuestra propia lectura como inversores del escenario.
- ii) Si la compra no tiene buenos fundamentos, entonces una parte de la estrategia de vender para recomprar más abajo sería correcta, aunque la otra no. ¿Qué queremos decir con esto? Que vender es una buena idea, pero recomprar más abajo no porque la empresa o criptomoneda elegida no ofrece ninguna perspectiva seria de suba a futuro. Deberemos asumir la pérdida correspondiente (suele ser la decisión más difícil para un inversor porque implica reconocer errores y derribar el mito de invencibles que crea nuestro ego) y olvidarnos de ese activo por más que baje a precios de ganga en el mercado.
- Abstraerse de los estímulos externos
Hay una máxima que se cumple siempre y lo podemos comprobar si solemos consumir contenidos sobre finanzas en sitios webs, redes, plataformas y blogs: en los mercados alcistas la gran mayoría de la gente desborda de optimismo y habla o actúa muchas veces de manera irresponsable, mientras que, cuando el panorama se torna oscuro como ahora, el pesimismo todo lo inunda y aparecen los pronósticos de derrumbes nunca antes vistos, con análisis que sostienen que la Bolsa o el bitcoin pueden caer hasta casi desaparecer.
Poder abstraernos de los estímulos externos mediante la generación de un espíritu crítico propio y personal que se adecue a nuestra filosofía de inversión implica dar una muestra de carácter que nos puede llevar, con el tiempo, al éxito en las inversiones, más allá de los ciclos del mercado. Además, nos hará crecer como personas y nos permitirá disfrutar del mercado cuando otros solo saben sufrir, sin importar si tienen ganancias o pérdidas momentáneas.
Conclusión
Lo sabemos porque lo hemos experimentado (y lo seguimos haciendo) en carne propia: todos estos consejos pueden sonar muy convincentes, pero llevarlos a la práctica no siempre es fácil, especialmente cuando los números rojos del mercado parecen querer empujarnos a una situación de malestar total, donde el riesgo de terminar tomando medidas irracionales crece si no nos mantenemos firmes en nuestras convicciones ni ponemos en práctica a tiempo la autocrítica que nos hará crecer como personas.
Si pensamos en los derrumbes de 2001, 2008 y 2020 lo primero que se nos viene a la mente es la oportunidad que representaron: hubo activos que cayeron casi a cero y luego -con el correr de los años- multiplicaron decenas de veces su cotización.
Claro que para transitar esos momentos estando invertidos hace falta frialdad y buenos análisis que nos brinden seguridad, más allá de los vaivenes de un mercado en pánico. Al analizar aquellas experiencias, debemos ponderar el peso de los sentimientos. De esta manera, estaremos más preparados a navegar en río revuelto y buscar las mejores gangas para animarnos a ir comprándolas de a poco.
Los tips que hoy repasamos nos ayudan a comprender y, sobre todo, transitar estos tiempos difíciles con un nivel argumentativo mayor. Al fin y al cabo, la meta de esta columna es que los lectores puedan empaparse de conocimientos para convertirse más temprano que tarde en muy buenos inversores.
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