Especial de Nicolás Litvinoff para el Diario La Nación
Este artículo es el primero de una serie de tres, diseñada para ayudarte a tomar el control de tus finanzas personales. Hoy hablaremos sobre los requisitos necesarios para liberarte de las deudas, y en las próximas entregas exploraremos cómo aprender a ahorrar y cómo construir un patrimonio sólido. Nuestro propósito es ofrecerte herramientas claras y prácticas, sin complicaciones ni tecnicismos, para que puedas mejorar tu relación con el dinero.
¿Por qué usamos la palabra “requisitos”? Su origen en el latín requisitus, que significa “buscar” o “pedir”, refleja muy bien nuestro enfoque: condiciones necesarias que, al cumplirse, te acercarán a una meta. En este caso, esa meta es salir de deudas, recuperar el control de tus finanzas y dar el primer paso hacia un futuro económico más estable.
¡Empecemos juntos este camino hacia la libertad financiera!
- Realizá un seguimiento de tus deudas
Si estás endeudado, es probable que hayas evitado enfrentarte a los números, pensando que “ojos que no ven, corazón que no siente”. Sin embargo, este hábito puede jugarte en contra: no podés solucionar algo que no entendés por completo. Por eso, el primer paso para liberarte de las deudas es hacer un relevamiento completo de tu situación financiera.
Saber exactamente cuánto debés no solo te ayudará a tomar el control, sino que también te dará claridad para planificar tus próximos pasos, que tienen que ver con crear un registro detallado de todas tus deudas, y que podés hacerlo de manera sencilla usando una hoja de cálculo, como Excel o Google Sheets. En ese registro, incluí lo siguiente:
Acreedor: ¿A quién le debés? Puede ser un banco, una tarjeta de crédito o un prestamista.
Monto total adeudado: Es clave conocer la cifra exacta que debés.
Tasa de interés: Este dato te ayudará a priorizar las deudas con mayores costos.
Pago mínimo mensual: Registrá el importe mínimo necesario para mantenerte al día.
Fecha de vencimiento: Fundamental para evitar caer en mora o pagar recargos innecesarios.
Mantené este registro actualizado regularmente. Aunque pueda parecer un detalle menor, tener todas tus deudas centralizadas en un solo lugar no solo te dará una visión más clara del desafío que enfrentás, sino que también te permitirá medir tu progreso. Y ver esos avances, por pequeños que sean, puede ser una gran motivación para seguir adelante.
- Usá el Índice del Cash Flow
Pero para salir de deudas no alcanza solamente con saber cuánto debés, también es fundamental decidir por dónde empezar. Una herramienta práctica y efectiva para priorizar tus pagos es el Índice del Cash Flow. Este índice te ayuda a identificar cuáles deudas están impactando más en tu flujo mensual y, por ende, deben ser atendidas primero.
La fórmula es muy sencilla: Monto total de la deuda ÷ Pago mínimo mensual
El resultado de este cálculo indica la relación entre lo que debés y el pago mínimo que tenés que realizar cada mes. Las deudas con un índice más bajo son las que consumen una mayor parte de tus ingresos mensuales, por lo que deberían ser tu prioridad.
Por ejemplo:
Si debés $100.000 y el pago mínimo es de $10.000, el índice será 10.
Si debés $500.000 y el pago mínimo es de $5.000, el índice será 100.
Aunque la deuda de $500.000 parece más grande, la de $100.000 tiene un mayor impacto en tu flujo de efectivo mensual, por lo que debería ser la primera en eliminarse.
Este método no solo es práctico, sino que también te ayuda a liberar espacio en tu presupuesto más rápido. Esto genera un efecto motivador que te acerca cada vez más a tu meta de salir de deudas.
- Renegociá con tus acreedores
Cuando las tasas de interés de tus deudas son altas, puede parecer que salir de ellas es una tarea imposible. Sin embargo, renegociar con tus acreedores es una estrategia clave que puede marcar una gran diferencia. Aunque muchas personas evitan este paso por miedo o desconocimiento, hacerlo de manera estratégica puede ayudarte a reducir costos y facilitar tu camino hacia la libertad financiera.
Te dejamos los pasos para renegociar de manera efectiva:
Investigá: Antes de contactar a tu acreedor, asegurate de estar bien informado. Consultá cuál es la tasa de interés promedio en el mercado y revisá el historial de tu deuda. Tener esta información a mano te dará confianza y argumentos sólidos para negociar mejores condiciones.
Prepará tu caso: Si tenés un historial de crédito positivo (por ejemplo, si cumpliste con tus pagos de forma regular en el pasado), usalo a tu favor. Los acreedores valoran a los clientes responsables y pueden estar más abiertos a ofrecerte condiciones más favorables.
Hacé una oferta: Proponé un plan de pagos que sea realista para ambas partes. También podés solicitar una reducción de la tasa de interés, especialmente si podés demostrar que con mejores condiciones serás capaz de cumplir con los pagos de manera más eficiente.
Considerá el refinanciamiento consolidado: En algunos casos, consolidar todas tus deudas en un solo crédito con una tasa de interés más baja puede ser una opción beneficiosa. Esto no solo simplifica la gestión de tus deudas, sino que también podría reducir el costo total que terminarás pagando.
Renegociar no es un signo de debilidad, sino de inteligencia financiera. Al tomar la iniciativa, podés transformar una situación que parece abrumadora en un plan claro y manejable. Recordá que a tus acreedores también les interesa que pagues, por lo que muchas veces estarán dispuestos a colaborar.
- Eliminá vehículos de crédito inmediato
Si querés salir de deudas, es clave cortar de raíz las fuentes que alimentan el problema. Los vehículos de crédito inmediato, como las tarjetas de crédito, las líneas de crédito y los préstamos rápidos, suelen ser una tentación constante que te mantiene atrapado en el círculo de endeudamiento. Eliminarlos es un paso fundamental para avanzar hacia tu libertad financiera.
¿Por dónde empezar?
- Identificá las cuentas innecesarias: Hacé un repaso de todas tus tarjetas de crédito, líneas de crédito y préstamos disponibles. Identificá cuáles no son imprescindibles para tu día a día.
2. Cerrá cuentas de manera estratégica: Antes de cancelar cualquier cuenta, asegurate de que no tenga saldo pendiente y revisá si hay costos asociados al cierre. Comenzá cancelando las tarjetas con tasas de interés más altas o beneficios poco relevantes.
3. Cambiá tus hábitos financieros: Después de eliminar las cuentas innecesarias, empezá a planificar tus gastos con más cuidado. Priorizá el uso de efectivo o débito para mantener un control más claro sobre tus finanzas y evitar recaer en el endeudamiento.
Cortar el acceso fácil al crédito puede ser incómodo al principio, pero es una decisión estratégica que te permitirá enfocarte en pagar tus deudas actuales y recuperar el control de tus finanzas.
Conclusión
Salir de deudas no es solo una cuestión de saldar cuentas; es un acto de transformación personal. Es replantearte tus prioridades y aprender a ver el dinero no como un fin en sí mismo, sino como una herramienta para crear estabilidad y tranquilidad. A veces, enfrentarse a las deudas es enfrentarse a uno mismo, a nuestras decisiones y a las emociones que nos llevaron hasta aquí.
En este camino, es importante recordar que cada paso cuenta, incluso los más pequeños. Celebrá esos avances porque simbolizan tu compromiso con un cambio duradero.
La seguimos la semana que viene con la segunda entrega de esta triada: Requisitos para aprender a ahorrar. ¡Hasta entonces!
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